Para José Luis Rodríguez Villarreal, o como algunos le llaman “Mi amigo El Puma”, la fotografía se ha convertido en una de sus fieles compañeras de vida, lo es todo, le ha dado grandes satisfacciones y lo ha dejado crecer en medio de un trabajo que le encanta, hoy a más de cinco décadas dedicado a ella, la vida le ha puesto un gran reto: superar las adversidades que trae consigo la pandemia de covid-19.
Además de un fotógrafo reconocido en el Valle de Toluca, también es el presidente de la Asociación de Fotógrafos Profesionales del Estado de México A.C. y en medio de esta crisis sanitaria ha visto de cerca la preocupación de sus más de 160 miembros, fotógrafos que antes de la pandemia salían cada viernes, sábado y domingo a fotografiar, desde las tradicionales misas, XV años, bodas y quienes ahora deben buscar algo más, pues llevan casi un año sin eventos sociales ni disparar su cámara.
Recuerda que su primer acercamiento a esta labor se dio gracias a su padre, quien se dedicaba al servicio de mesero, y en ese ambiente conoció a un amigo fotógrafo, quien le pidió que lo acompañara a los eventos, así nació ese gusto por la fotografía, que lo ha llevado a trabajar tanto en medios de comunicación, como en Certámenes de Belleza y el propio Deportivo Toluca.
“Lo hice, me gustó la magia de la fotografía en un cuarto oscuro, ver cómo aparecía la imagen en químicos, cómo aparecía impresa en un papel, comencé asistiéndolo y después asistí a una persona en un estudio que también ya desapareció, el Foto Estudio Morelos, seis años después solicité mi ingreso a la Asociación y ya me quedé como el fotógrafo más joven en activo, en ese entonces tenía 14 años”.
Con 60 años cumplidos, afirma que esta contingencia ha cimbrado a todo el gremio, pues además de la falta de contrataciones, también han lidiado con el dolor de perder a miembros ampliamente conocidos, quienes dedicaron toda su vida a la fotografía.
“Han muerto ya cinco compañeros fotógrafos, de antaño, compañeros longevos con casi 50 años de actividad fotográfica, la Asociación cumple 63 años en este año activo, también dos esposas de nuestros compañeros fallecieron, de total de este gremio llevo siete fallecidos. La situación es muy grave, dicen que tener salud es lo más valioso en la vida, así lo creo, pero tenemos familia, algunos compañeros han tenido que cerrar sus locales, sus estudios establecidos”.
A casi un año de la contingencia sanitaria, el trabajar parece imposible para fotógrafos de eventos sociales, ya que en muchos lugares, incluidas escuelas y oficinas, han optado por el uso de fotografías digitales, lo que también es un golpe; del mismo modo, los templos religiosos han cerrado sus puertas a celebraciones, sin eventos sociales, por lo que califica que 2020 fue un “año dramático”, aunque tiene una esperanza puesta en este 2021.
“La mayoría de los fotógrafos que rentan han tenido que cerrar, porque los clientes ahorita no necesitan nada, porque no se solicitan trabajos, hay que pagar luz, hay que pagar impuestos, predial, agua, `ellos no perdonan nada’ y tenemos que luchar por subsistir y que esto pase pronto”.
Como una paradoja, su labor no sólo se ha limitado a retratar y hacer que perduren por muchos años esos recuerdos de días felices, de momentos mágicos, también se ha convertido en una forma de honrar a quienes ya no están.
“Lo que es dramático es que me ha llegado más trabajo de gente fallecida que otra cosa, en un año he tenido dos eventos sociales y me han llegado, yo creo 50 fallecidos, para hacer fotografías para poner al lado del féretro, para arreglarlas de tal manera para hacerle algún recuerdo a algún familiar, se oye mal, pero es lo que está pasando”.
José Luis continúa luchando, junto a su familia, defendiendo su amor por la fotografía, esperado trabajar en su estudio “Mi amigo El Puma”, ubicado en la Colonia Guadalupe, en Avenida del Trabajo, número 900, en Toluca.
KVS