Su nombre es Antonin Manzano Rodríguez, tiene 36 años y es oriundo de Oaxaca. Hace dos años y medio llegó a tierras tapatías, luego de vivir como indocumentado en California durante siete años, sin embargo permanece varado, debido a la contingencia por coronavirus,
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Al igual que muchos paisanos, llegar a Estados Unidos le permitiría darle una mejor calidad de vida a su esposa y a sus tres hijos.
“Mi sueño era eso. Ya no vivir en una casa madreada como siempre”, dijo en entrevista. Sin embargo, como en la mayoría de los casos, lo deportaron y no la ha pasado bien desde que regresó a su país.
Ahora, en medio de esta pandemia, el panorama se volvió aún más desalentador. “Pues dice el gobierno quédate en casa, pues que nos va ayudar. Nadie nos va ayudar. Eso es lo que a nosotros nos afecta, porque nosotros necesitamos diario trabajar y por eso estamos en este país, porque venimos a trabajar, no a maltratar a la gente. No venimos a robar nada”, insistió.
En Guadalajara, Antonin tiene un trabajo estable, un sueldo seguro, pero muy bajo. Por un día que no asista a trabajar su patrón le rebaja 400 pesos. En California, su historia era diferente, aunque sufría discriminación, la paga por desempeñarse como jardinero era cinco veces más alta. Por eso resistió.
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Hoy ya no busca el sueño americano, quiere regresar a la tierra que lo vio nacer. Ansía ver a su madre, a su familia, pero es complicado: perdió sus documentos y no ha podido ni tramitar su credencial del INE.
Una vez que termine la contingencia sanitaria buscará la forma de irse de aquí. “No sé si mi mamá me quiera ver antes de que se muera porque la vez que le hablé estaba llorando: ‘Vente mijo, estás perdiendo mucho tiempo y no estás ganando’. Me aviento al tren y me voy para México porque estoy bien enfadado”, relató.
MC