Abuelito encontró el trabajo de ensueño: cerillito, y la pandemia se lo quitó

Muchos adultos mayores siguen siendo económicamente activos, y uno de los empleos que más buscan es el de empacadores de supermercados.

Empacadores.
Idalia Gómez
Tampico /

El coronavirus volcó la vida de todos, pero por la naturaleza del virus, a algunos más que a otros. Los protocolos de seguridad y seguimiento de la nueva realidad, seccionó grupos vulnerables que debían tener sumo cuidado, entre ellos se encuentran los adultos mayores y aún más aquellos que padecen enfermedades crónicas. Así festejaron el Día del Abuelo.

Desempleo aísla a más de 1,700 abuelos "cerillitos" en Tamaulipas

Muchos de estos abuelitos siguen siendo económicamente activos, y uno de los empleos que más buscan es el de empacadores de supermercados, pero la cual se ha visto comprometida; las empresas tuvieron que tomar decisiones respecto a si debían o podían continuar trabajando, debido a su vulnerabilidad.

De acuerdo con un publicado del Inapam, en meses pasados, la decisión de permanecer en las actividades de empacado voluntario debe ser únicamente de las personas mayores, sin embargo, muchos supermercados optaron por mandandarlos a “descansar”.

Don Joel, un hombre aguerrido con 8 hijos, 15 nietos y 5 bisnietos, cuenta que desde su llegada en 1963 a Tampico junto con su familia, ha laborado de distintas cosas, inició como vendedor ambulante vendiendo dulces y frutas, después como ayudante de albañil con los Garza Cantú durante 10 años, otros 10 años con sociedad civil en construcción de muelles y 18 años consecutivos en carga y descarga de barcos en el muelle fiscal, siempre como trabajador eventual.

En este último, desafortunadamente sufrió un accidente que ya no le permitió trabajar, estuvo un par de años en recuperación. Una vez recuperado entró como abuelito empacador en HEB que se ubica en Av. Hidalgo, desde el día de la inauguración hasta que por su edad fue retirado y posteriormente trabajó un año como abuelito empacador en Chedraui.

Después de largos años con trabajos pesados en los que hacía hasta 3 turnos para poder llevar sustento a su hogar, logró poder estar en un área más agradable, sin estar horas bajo el sol o tener que pasar largas horas cargando costales; su trabajo como empacador era el más satisfactorio.

El ambiente con los compañeros de trabajo, la convivencia y los turnos, los descansos, los incentivos de despensa, la celebración en fechas importantes para los voluntarios, caracterizarse en algún día festivo para ir a trabajar lo hacían feliz.

"Por ahí deben de andar las fotos, siempre me felicitaban por mis disfraces, he ido de toy story, de vampiro, de charro, de chavo del ocho y de payaso. Me trataban todos muy bien, ya todos me conocían".

Sin embargo, las condiciones de trabajo, haber sufrido previamente un infarto y la situación actual de la pandemia, fueron detonantes para su retiro, cuestión que no lo hizo nada feliz, pero por seguridad y salud, el dejar de trabajar y permanecer en casa es cuestión vital.

"En un día llegaba a ganar entre 100 o 200 pesos, dependía del horario, en navidad me llenaba de morrallita y alcanzaba unos 400 pesos, ya con lo del apoyo de las despensa me llevaba mi mandadito a casa, siempre llegaba con algo, fruta o verdura para comer, pero siempre con algo".

Como él, muchos otros adultos mayores quedan a la incertidumbre de lo que pueda suceder, pues lo que parecía ser “un descanso en lo que esto pasa” se prolongó a meses de "vacaciones" y debido a que el virus llegó para quedarse, muy probablemente no puedan volver.

"Una parte triste es que de repente no iba ya algún compañero, era porque había fallecido o estaba enfermo..."

ICGC

LAS MÁS VISTAS