Ciriaco es un abuelito de 72 años originario de Tampico que se la ha pasado mal debido a la pandemia, porque a veces no tiene ni para comer.
El señor acude de lunes a viernes por su desayuno al comedor del DIF, pero como no hay trabajo no hay para el pasaje y es imposible pagar los 8 pesos que cobra el coche de ruta hasta el Centro de Tampico desde la colonia Morelos.
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Pero como Ciriaco es un abuelito macizo que trabaja, cuando hay, descargando barcos; se avienta más de 3 kilómetros caminando desde dicha colonia hasta el corazón de la ciudad, en donde ya lo esperaban unos huevos con chorizo, frijoles refritos y un vaso de agua fresca.
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Las reglas del comedor del DIF Tampico cambiaron debido a la pandemia, por eso la comida es solamente para llevar y para recibirla hay que usar cubrebocas. Eso no es problema para Ciriaco, quien se baja el cubrebocas a la barbilla y se sienta en la banqueta, se pone el plato de unicel en las piernas y se da un festín de campeón.
ICGC