Parvadas de cotorras de plumaje verde y estridente graznido, son cada vez más comunes en camellones y parques de la Ciudad de México; su algarabía y sus brillantes colores, hechizan a los vecinos y transeúntes que se topan con estas extranjeras aladas, sin imaginar que se han vuelto una plaga, que altera el equilibrio ecológico, y puede provocar enfermedades a los humanos y fauna.
Se trata de la cotorra argentina (Myiopsitta monachus), también conocida como perico monje, clasificada como una especie exótica invasora.
Originaria de Sudamérica, y se ha establecido en las zonas urbanas de todo México, debido a las liberaciones por parte de dueños que no soportaron lo escandalosas que llegan hacer. En países como España, son un grave problema porque ya han provocado la merma de su gorrión nativo.
“Una característica que tienen las especies exóticas invasoras, es que se adaptan fácilmente a cualquier tipo de hábitat. Es un grave problema, el perico (monje) que tenemos en la Ciudad de México, porque ya lo encontramos por todos lados, están desplazando a las aves nativas, ya que compiten tanto en alimentos, como en zonas de anidación”, dijo Carlos Vázquez Martínez, director de Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México.
De acuerdo con la dependencia, en los últimos 15 años, estas colonizadoras han tenido un alto crecimiento poblacional en el Valle de México.
Por su parte, Juan Carlos Cantú, director ejecutivo de la asociación civil Telleliz, explicó que las cotorras argentinas ya se importaban a México desde la década de los 90, pero se convirtieron en un problema, luego de las importaciones masivas que se autorizaron a partir de 2006.
“Año con año se estaban importando en promedio, a más de 65 mil individuos; hubo años que se importaron pues más de 100 mil y hasta cerca de 200 mil en un solo año. Es una especie que grita mucho, es muy estridente y entonces, la gente que las compra, llega un momento que se harta y las libera”.
Juan Carlos Cantú afirma que la administración de Juan Elvira Quesada al frente de la Semarnat, es responsable de crear el problema de invasión de cotorras, y a pesar de que la importación se prohibió desde el 2010, se detuvo hasta 2015, tras la detección de un cargamento procedente de Uruguay, con 2 mil cotorras infectadas por influenza aviar.
“Es un problema que prácticamente fue creado por las autoridades, ya que se les avisó con tiempo que dejaran de importar esta especie y no hicieron caso. Es un problema evidente de corrupción, el comercio de esta especie implicaba millones de dólares, nosotros estimamos que era un comercio como de 23 millones de dólares”, destacó.
El director de Telleliz alertó que, para atacar la problemática, este año la Semarnat autorizó la captura de estas cotorras invasoras en 16 estados, para su distribución y venta como mascotas en todo el país, lo que, en lugar de resolver el problema, podría extenderlo a las zonas rurales y áreas naturales protegidas, donde se crearían mayores conflictos.
La Semarnat autorizó la captura “sin límite” de la cotorra argentina en los estados de Aguascalientes, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Sinaloa, San Luis Potosí y Veracruz.
“Esto nada más va a exacerbar el problema, porque sabemos que a donde quiera que lleven estas estos ejemplares, la gente que los compre va a acabar liberándolos, porque se la pasan gritando todo el día y no hay forma de evitarlo; esto va a hacer que un problema de una especie exótica invasora que ahorita está localizado, en ciertas zonas urbanas, se pueda trasladar incluso a zonas rurales”.
En un recorrido realizado por MILENIO en el Tramo 3 de Canal Nacional, un área de valor ambiental al sur de la ciudad, se constató la existencia de al menos una veintena de enormes nidos, construidos en las copas de los árboles más altos; donde compiten con otras especies como el mirlo primavera (Turdus migratorius) y el chinito (Bombycill cedrorum).
Pero aún no se cuenta con un programa para la erradicación de esta especie invasora, lo cual resulta sumamente complejo; expiró que en Estados Unidos han intentado varios métodos, principalmente la destrucción de los nidos.
“Eso conlleva un costo alto, porque son nidos masivos, lo tienen que hacer año tras año, porque cuando les destruyes un nido inmediatamente empiezan a construir otro, otro método que han utilizado es poner ciertas sustancias en alimentos que impiden que se puedan reproducir como anticonceptivos para controlar a la población”.
Juan Carlos Cantú refirió que, en España, causan estragos en la agricultura y han llegado a provocar apagones debido a que construyen sus enormes nidos en las torres de alta tensión, además de que han provocado el declive de su gorrión; por lo que, en años recientes, el ayuntamiento de Madrid optó por cazar y sacrificar 12 mil cotorras argentinas para controlar la población.
“Ya han sacrificado miles y miles y miles de cotorras, no sabemos qué tanto les vaya a funcionar, pero el problema con todas las especies exóticas invasoras, es que una vez que se establece prácticamente es imposible erradicarlas”.
Al destacar que en la Ciudad de México está prohibida la captura y caza de animales silvestres, el experto dijo que los capitalinos no reconocen que se trata de una especie exótica invasora y cuando se establecen cerca de sus localidades las “adoptan”, procurando que no se les moleste en parques y jardines en donde instalan sus nidos”, compitiendo con las aves nativas, “van a comer lo que encuentran en la calle”.
“Son muy generalistas en sus hábitos alimenticios, también es una especie que aguanta todo tipo de climas, por eso puede estar por todo México, también aguantan todo tipo de altitudes, y también se le encuentra en zonas muy altas o costeras; se adapta muy fácilmente a cualquier tipo de hábitat, rural o urbano”, así que, además, deben su éxito a que son las únicas que construyen sus propios nidos.
“Entre todos los pericos, guacamayas, cotorras y cacatúas que hay en el mundo, la inmensa mayoría no construye sus propios nidos, y la cotorra argentina sí construye sus nidos -que son gigantescos–, y los hace de forma comunal, es decir, en un mismo nido puedes encontrar varias parejas. Esa habilidad que tienen hace que sea muy posible para ellas colonizar, invadir algún hábitat”.
Por su parte, Carlos Vázquez Martínez, director de Áreas Naturales Protegidas de la Sedema, resaltó que las especies invasoras, tanto animales como vegetales, son la segunda causa de pérdida de la biodiversidad.
“Cuando se compre una mascota, tener en cuenta la responsabilidad, no vayan a soltarlos a cualquier espacio natural”, exhortó.
Un nuevo informe de la plataforma intergubernamental sobre biodiversidad y servicios de los ecosistemas advirtió que las especies exóticas invasoras, han contribuido con el 60 por ciento de las extinciones de animales y plantas en todo el planeta.
En México, existen mil 700 especies exóticas, de las que 500 se han clasificado como invasoras, por sus efectos dañinos. En Canal Nacional, los zanates, patos domésticos, tortugas, tilapia y lirio acuático son otras especies invasoras que causan efectos nocivos.
MO