La desolación de las casas de empeño

La nueva normalidad ha dejado un fuerte efecto en estos establecimientos, la circulación de artículos ya sea para vender o empeñar, se ha visto reducida

Casa de empeño en la avenida Monterrey de Tampico.
Pachuca /

Cientos de productos se asoman por aparadores que no ocultan sus detalles, diseñados y organizados de una manera en la que puedan sobresalir y llamar la atención de cualquier persona que se acerque. Todo es visible, pues incluso aquellos que se encuentran bajo llave dejan entrever todo lo que los compone, esto no necesariamente es algo bueno en algunas ocasiones pues también dejan al descubierto sus defectos.

Aparatos de ejercicio, electrónicos, bicicletas, motocicletas, herramientas, utensilios de jardinería, incluso joyería y algunos artículos que parecen ser una antigüedad; un sin fin de productos se encuentran en todo este espacio, les llaman casas de empeño, un lugar donde se supone pueden intercambiar artículos por dinero, así funciona la economía y el capitalismo dicen algunos.

Pero la nueva normalidad ha dejado un fuerte efecto en estos establecimientos, pues la afluencia no es la misma, la circulación de artículos que llevan las personas, ya sea para vender o empeñar, se ha visto reducida; de igual forma sucedió con aquellos que acuden a comprar algunos artículos de segunda mano porque son más accesibles, pero también eso los hace reciclables, pues no hay ninguna garantía de que será funcional aquello que se adquiera en este espacio.

Las cortinas están abiertas, se podría decir que este comercio dista mucho de ser uno de primera necesidad o que sea indispensable para el funcionamiento social pero aún así sus puertas están abiertas de par en par, lo que no hay es gente en su interior; pues pasan las horas, la luz se disipa y la lluvia se hace presente y aún así las personas no acuden a este espacio.

Unos cuantos se aventuran a sus pasillos para observar todo lo que se ofrece a su interior, parecen meticulosos al ver detenidamente cada producto que levantan, pero pocos son los que permanecen en las manos de los compradores potenciales, pues en su mayoría son devueltos sin pensar dos veces en su adquisición, "no sé, no me convence", expresa un hombre a su acompañante, para después retirarse del lugar.

La realidad de las casas de empeño no es muy diferente a la de los comercios que abundan en la capital de Hidalgo y su zona metropolitana, todos han sido golpeados por la pandemia del covid-19 y el reflejo de su desesperación es únicamente comparable con la desolación de sus establecimientos.

  • Teodoro Santos

LAS MÁS VISTAS