En 2009, a un año de una recesión económica y de las más graves que se hayan registrado en el panorama internacional, México fue epicentro de una pandemia mundial. En aquel entonces el doctor José Ángel Córdova Villalobos fungía como secretario de Salud federal y encabezó las medidas protocolarias para controlar en solo tres semanas la dispersión del virus H1N1.
En entrevista para MILENIO a casi 11 años de aquel suceso, Córdova Villalobos reconoce que la actual pandemia de covid-19 debe tomarse aún con mayor cautela ya que, de acuerdo a la evidencia de otros países, es mucho más contagioso y hasta la fecha no existe cura o medicamento para contrarrestar las complicaciones que derive.
Ex secretario, aún hay ciudadanos que dudan sobre la existencia de una contingencia, una pandemia aún más grave que la del 2009, que le tocó atender como titular de la Secretaría de Salud. ¿Qué mensaje envía a quienes creen que todo esto se trata de un invento?
Bueno, primero creo que es muy difícil pensar que es un invento cuando estamos viendo las evidencias internacionales y del daño que está provocando este virus en países como China, Irán, Italia, Francia, como España; no se puede mentir a todo el mundo e inventar algo de esta naturaleza.
Por eso es que, viendo el comportamiento de este virus, estamos afirmando que es un virus más agresivo, más fácilmente transmisible que puede provocar mayor número de muertes. (Por ello es que) hay que tomar las medidas preventivas. Como en cualquier otra pandemia, pero con mayor intensidad. Y más tempranamente.
¿Cuál es la diferencia entre la pandemia del 2009 a la actual? ¿Hay más riesgos para la población?
Quiero recordar aquella época del 2009 porque el comportamiento la ciudadanía fue ejemplar. Hubo una gran participación y por su lado también tuvimos la una ventaja de que teníamos un medicamento que fue ampliamente efectivo y con muy pocos efectos colaterales.
Eso nos permitió controlar en tres semanas la pandemia que se estaba desarrollando en México y en el mundo. En este caso (con el covid-19) la situación es más grave porque no hay un medicamento e insisto, el virus se transmite más fácilmente. Entonces hagamos lo que hicimos el 2009: pongamos cada quien nuestra parte para cuidarnos.
Esto va a pasar pronto y ya una vez que esto pase, podremos recuperar lo que se haya perdido en lo económico, pero sobre todo habremos mantenido lo más importante: la vida.
Las estadísticas muestran que en China tuvieron más de 80 mil casos en escasos tres meses, mientras que nosotros cuando tuvimos la pandemia de H1N1 tuvimos 72 mil casos comprobados en 14 meses. La multiplicación de casos con el coronavirus es de dos, es decir, una persona contagiada, puede contagiar a otros más y esos dos a otros más. Y por eso es que el crecimiento puede ser exponencial, también la letalidad, las experiencias del mundo así lo han demostrado con 2.3% en China, con un 8% en Italia o un 0.7% en Corea mientras que para la pandemia de influenza la mortalidad y letalidad estaba alrededor del 1.8%.
¿Cómo considera usted que es el actuar de la actual administración federal en esta pandemia?
Creo que, en un intento de tratar de disminuir la tensión, la preocupación y el impacto económico, en un principio se intentó ser prudente en cuanto a las medidas de distanciamiento social, lo cual estaba bien porque de acuerdo a las fases que estamos viviendo estábamos en la Fase 1 que eran sólo casos de importación directa.
Cuando se comience con la aplicación de pruebas y se empiece a ver ese crecimiento exponencial o se dé la duplicación por cada enfermo del número de enfermos contagiados, rápidamente vamos a reconocer el momento en el que ya se está dando la transmisión comunitaria.
¿En dónde y bajo qué condiciones se deben estar ya aplicando medidas preventivas?
La sociedad rebasó al gobierno porque sentían que se estaba perdiendo tiempo porque en otros lugares se habían establecido estas acciones. Finalmente, hoy ya se reconoce que estamos en Fase 2 y se insiste en que aparte de las medidas de higiene, se deberán aplicar las medidas de distanciamiento.
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El riesgo mayor es que esa curva ascendente de número de casos, si es muy pronunciada, y si la demanda de servicios en particular se rebasa por el número de casos graves, todos esos van a solicitar hospitalización y podría el sistema y la infraestructura de salud, verse desbordada.
¿Cuáles podrían ser las complicaciones, además del colapso del sistema de salud, que eso podría llevar al país?
La implicación más grave es la pérdida de vidas humanas. Al no reconocer que existe un problema al exponerse al riesgo, se puede contraer la enfermedad y particularmente aquellas personas que son más susceptibles; estamos hablando de personas de más de 60, 70 u 80 años, Y aun cuando ellos no tengan esas edades superiores a 60 años. La mortalidad global está alrededor de 3.6%.
Si tienen menos edad, pero tienen esos factores agregados, también tiene un riesgo de morirse, en los jóvenes también ha habido casos en el mundo que se enferma se ponen mal, tienen que ir a terapia intensiva, tiene que estar entubados y muchas veces no sobrevive.
Entonces el negar o la negación de la existencia de un problema lo único que hace es retrasar el afrontamiento del mismo. Desconfiar cuando hay evidencias mundiales y hay más de 16 mil muertos en el mundo casi 400 mil casos entonces esto es absurdo. Ponerse en una actitud de rebeldía va a poner en riesgo a miles de personas.
¿Qué mensaje podemos enviar a la gente que alega que no existen los fondos económicos suficientes para sustentar una casa y que debe salir aun conociendo el riesgo?
También se entiende el problema de la situación económica del país que además se va a grabar con esto, pero la economía se puede mejorar si las personas viven y están sanas. De otra manera siempre seguir empeorando y va ser mucho más complicado recuperarse cuando perdamos a muchos mexicanos, porque no nos cuidamos de la manera correcta o nos expusimos al riesgo, y lo único que no regresa es la vida cuando ya se perdió.