La primaria indígena Cuauhtémoc de Tepexilotla, abrió sus puertas para hacer una ceremonia que, por primera vez se tuvo en esa institución, tras recibir los féretros de dos estudiantes, que pertenecían a dicha institución, además de los de sus padres, quienes el pasado 6 de octubre fueron asesinados y posteriormente calcinados en el hogar que tenían en ese lugar.
“Maestra, ya lo pensé muy bien, cuando sea grande voy a ser maestro”, dijo el pequeño Iker Jacinto Vázquez Rivera a la docente Diana Acevedo Romero, quien recientemente lo acompañó de la escuela a su hogar donde, entre la plática que tuvieron en el camino que recorrieron, contó este sueño que tenía el menor, mismo que quedó truncado.
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Con homenaje luctuoso, despidieron a Uriel Vázquez, su esposa Angélica Rivera y a los niños Iker Jacinto y Abad Uriel, alumnos de primero y segundo año de esta institución, quienes jugaron, corrieron e iniciaron su proceso de aprendizaje en las aulas de esta primaria.
Con una voz consternada que de momento se cortaba, una de las docentes dijo: "Iker soñaba con ser maestro para enseñarle a los niños, me lo contó en una de las pláticas que tuvimos, me quedé con esa idea, y hoy en día nos encontramos con esta triste situación”.
Tras el homenaje realizado en la primaria, los féretros iniciaron su recorrido por calles de esa población acompañados por habitantes que hacían sus plegarias, llevaban flores, otros más, detonaban cohetes como señal de despedida de los integrantes de la familia Vázquez Rivera que fueron llevados al panteón de ese mismo lugar para su última morada.
AAC