“Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres ordinarios. Ninguna máquina puede hacer el trabajo de un hombre extraordinario”, estas fueron palabras de Elbert Hubbard (1856-1915), prodigioso escritor, editor, artista y filósofo estadounidense que se daba cuenta del avance tecnológico; sin embargo, nunca dejó de creer en la inteligencia y autoconciencia del ser humano.
Sus palabras hoy hacen eco al aprovechar las herramientas tecnológicas para preservar la seguridad de los más de 17 millones de habitantes en el territorio mexiquense, de la mano de mujeres y hombres capaces, y esto lo demuestra la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), corporación que ha hecho de la tecnología una de sus principales aliadas, pero que sin sus elementos no podría tener resultados.
Todo esto viene por el auge que han tenido los software y equipos novedosos para ayudar las tareas de inteligencia con el objetivo de la prevención del delito en suelo mexiquense, para ello la dependencia cuenta con 100 drones, 60 de ellos son de hangar y 40 son tácticos.
La diferencia consiste en que los de hangar están ubicados de manera estratégica en diferentes puntos de la entidad y son controlados mediante un software de manera remota desde los Centros de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5) de Ecatepec y Toluca; mientras que los drones tácticos son operados por 43 elementos, ocho de ellas son mujeres, capaces de realizar tareas importantes con ayuda de estos artefactos.
Mujeres capaces
Las palabras de Elbert Hubbard podrían traducirse como misóginas, o tal vez eran otros tiempos, pues, en su frase memorable solo aparece la palabra “hombre”, quizá quería referirse al ser humano en general, y es que las mujeres tienen las mismas capacidades para ejercer cualquier función que en tiempos pasados se creía que eran única y exclusivamente para hombres, tal es el caso de Montserrat Arlin Cruz Cruz, quien es piloto de drones tácticos en la Secretaría de Seguridad Mexiquense.
Ella es una de las ocho mujeres que se han abierto camino en esa célula de pilotos de drones, apenas lleva seis meses, tuvo una capacitación en Toluca y ahora ya desempeña estas funciones de manera profesional.
“A nosotros nos mandan a monitorear con los drones tácticos en algunos casos que ya vienen siendo desaparición de personas, vehículos en huida, vehículos que tienen reporte de robo y otros eventos de suma importancia…. Igual en manifestaciones nos llegan a pedir apoyo para que nosotros llevemos los drones tácticos y demos vigilancia, más que nada por la seguridad de los mexiquenses”
Claro que no es un trabajo fácil, por ello todos los pilotos son escoltados por compañeros policías para que puedan acomodarse en un lugar seguro y comenzar el pilotaje de manera remota, todo esto cuando hay operativos en curso, cuando la seguridad de los mexiquenses está en disputa.
“Nosotros supimos sobre un predio donde se estaban desvalijando vehículos y nos mandaron a hacer el rondín y justo cuando nosotros estábamos haciendo el vuelo fue cuando nos percatamos que se estaba haciendo la acción en momento en vivo”.
Esto no sería posible sin el equipo, pero tampoco sin la capacidad de las y los elementos para llevar a cabo estos trabajos de inteligencia, razón por la que Montserrat se siente orgullosa de sí misma y de sus compañeras.
“Somos 43 elementos pilotos, pero solamente somos ocho mujeres y es una satisfacción muy grande, ya que uno no piensa llegar tan lejos y uno no es consciente de las capacidades que tiene… Ya cuando tú vas avanzando por la experiencia te vas dando cuenta que no nadas más el género masculino es el que puede pilotear, también nosotras, es creer en nosotras mismas”
Experiencia, satisfacción y el gusto por volar
Por su parte, Saúl René Urbiña Soto lleva cinco años dentro de la corporación, pero desde hace tres comenzó a formar parte de esta célula; es decir, Saúl es testigo de la evolución que ha tenido la dependencia gracias a la tecnología, pero esta no podría funcionar sin mujeres y hombres entrenados para operarlos.
“Nos ha ayudado bastante (drones), ya que en muchas zonas de difícil acceso en donde tenemos puntos ciegos, zonas de pérdida de incidentes en donde ya no tenemos coberturas con las cámaras”.
Saúl explica que de los 40 drones tácticos, los cuales requieren al piloto, algunos son Mavic 2 Enterprise, dron que tiene un tamaño menor, pero que hace menos ruido, es más fácil entrar en zonas de difícil acceso; mientras que el Matrice 300 RTK es más grande y tiene mejor alcance para ubicar objetivos.
“En este caso la diferencia es el tamaño y la distancia; los drones Mavic que son más pequeños suelen ser más silenciosos, los utilizamos para labores de inteligencias desde un robo de vehículo, desaparición de personas, etcétera”.
En tanto, los drones de hangar están ubicados en diferentes puntos donde no hay cámaras de seguridad del Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad, donde la accesibilidad es más complicada. Estos hangares están en puntos donde, de acuerdo con el reloj criminológico, hay mayor incidencia delictiva, por lo que se activan de manera remota desde los C5 en horarios y días marcados de acuerdo a las estrategias de seguridad.
“Están distribuidos en todo el Estado de México, normalmente en zonas donde no se tienen cobertura de cámaras y para ello utilizamos estos drones”.
Si bien los resultados de la operación de drones y sus pilotos se califican por estadísticas, cada piloto tiene alguna experiencia que lo ha marcado, que lo ha dejado satisfecho de su trabajo, ya que pueden participar en persecuciones, rescatar personas, localizar predios donde haya indicios delictivos hasta apoyar en zonas de desastres naturales.
“Una satisfacción y una de las tengo un recuerdo muy buena es cuando se acudió al caso muy sonado del desgajamiento del cerro de Chiquihuite, y bueno, nosotros apoyamos a los servicios de emergencia, bomberos, rescatistas para realizar los sobrevuelos y ellos ya con su expertise valoraran la situación de riesgo que había en ese momento”.
Estas mujeres y hombres llevan una capacitación teórica y práctica, como se realiza también en las diferentes áreas de la dependencia, y su trabajo se fundamenta en conocer el funcionamiento y todos y cada uno de los parámetros del dron, así como todo lo relacionado a las cámaras.
Además, que deben practicar en simulaciones de eventos y volar el equipo en zonas boscosas o de difícil acceso, para después poder participar en estos operativos de inteligencia, con el objetivo de cumplir las funciones de prevención del delito, por lo que son considerados como parte importante de la institución que con la tecnología hacen una amalgama perfecta.
MMCF