Eduardo dejó Saltillo para vivir con una mujer en Puebla; hoy vive en la CALLE

Eduardo lleva 8 meses viviendo en la calle, donde recicla cartón y pet para venderlo y obtener dinero para comer.

Eduardo dejó Saltillo por amor y hoy vive como indigente en Puebla | Andrés Lobato
Puebla /

El amor por una mujer lo hizo abandonar todo, un trabajo estable, dejar un hogar que había formado en Saltillo y viajar a Puebla para intentar hacer una vida al lado de su nueva pareja, pero no todo salió bien y desde hace 8 meses Eduardo Villegas vive en las calles de la zona Norte de Puebla, buscando la oportunidad de reunir dinero para regresar a Saltillo donde tiene familiares que podrían darle asilo, pero lo que recaba del reciclaje solo le alcanza para sobrevivir.

Villegas llegó a Puebla a vivir con una mujer que conoció en su ciudad natal, se enamoró perdidamente y emprendieron la aventura instalando su residencia en la zona norte de la ciudad, dejando atrás cuatro hijos mayores de edad y la madre de ellos, con la ilusión de un nuevo hogar, pero poco le duró el gusto, pues al año terminó el romance y se quedó sin una casa, lejos de quienes eran su familia y sin empleo.

Eduardo dejó Saltillo por amor y hoy vive como indigente en Puebla | Andrés Lobato

El costado del Puente de la autopista a la altura del Camino a Tlaltepango se ha vuelto su casa provisional desde hace 8 meses, donde de manera improvisada ha montado su vivienda con un área para comida, espacio para una cama y otra área donde en ocasiones se reúnen varias personas a consumir alcohol.

Eduardo no ha podido tener un trabajo estable, por falta de documentos y por los problemas que conlleva ser presa de una adicción, así que aprovecha tres veces a la semana que los vecinos de la zona sacan su basura, para reciclar cartón y pet, principalmente, venderlo para así obtener dinero para comer y sacar sus gastos adelante.

"Trato de sobrevivir aquí en Puebla, simplemente no tengo donde quedarme porque me pelee con mi señora, quisiera trabajar, no tengo trabajo, lo único que se es que quiero salir adelante" comentó ante los micrófonos de Multimedios el señor Villegas.

Eduardo dejó Saltillo por amor y hoy vive como indigente en Puebla | Andrés Lobato

En inmediaciones de su campamento, tiene montones de cartón, ropa, pet y otros residuos que franquean su "hogar" e impregnan el ambiente de un olor a humedad y de putrefacción el crucero.

Dado que este punto de la ciudad es muy transitado, en sus cruceros se pueden ver grupos de limpiaparabrisas, que se ganan de manera honrada el sustento, y que no están a gusto con el punto de reunión de alcohólicos en el que se ha convertido el campamento.

"Cuando ya andan bien cruzados vienen y piden dinero a los automovilistas, pero como vienen mal, la gente cierra sus ventanas y eso nos afecta" declaró molesta una limpiaparabrisas que prefirió permanecer en el anonimato.

Pero como si no fuera suficiente con la casa improvisada de Eduardo, bajo el puente y a unos metros, se ha instalado un adulto mayor que ente plásticos y trapos viejos, duerme, es su refugio, mejor conocido como "El Zapatitos" deambula por la Unidad Habitacional Villa Frontera a expensas de los actos de caridad de los vecinos.

Eduardo dejó Saltillo por amor y hoy vive como indigente en Puebla | Andrés Lobato

Para los transeúntes que tienen que pasar debajo de dicho puente, el tener que rodear las casas improvisadas y "tener que lidiar con los olores o las cooperaciones obligatorias, la presencia de estas personas sin hogar, ya es un problema," así lo expresa la señora María de Lourdes Hernández:

"Por favor hagan algo para que quiten estas porquerías, porque mire hay un señor que esta aquí a la vuelta, y se pone a barrer, pero mire todo el basurero que tiene, no es justo, acá a la vuelta, si ve, ya lo habían quitado, ahorita no nada más es él, son varios vagos que se ponen ahí y luego atracan acá"

Algunas voces solicitan al ayuntamiento a que hagan algo, pero el apoyo a estos sectores de la sociedad es complicado ya que, conforme más instalados están, mas complicado es que abandonen las calles para ir a dormir a los albergues y el obligarlos no está permitido, todo depende de sus deseos de mejorar su vida y aprovechar los apoyos que el municipio y el estado ofrecen mediante sus sistemas DIF.

CHM

  • Alfredo Fernández

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