Desde hace aproximadamente ocho años Anel Mendoza Mota, decidió emprender un negocio, y para ello eligió la venta de bolsas, mochilas y peluches, a fin de generarse un ingreso y así sortear las difíciles condiciones económicas del país.
Sin embargo hace quince días su proyecto enfrentó un obstáculo: fue víctima del robo de su mercancía, apenas un día después de que surtiera su stock. Ese acto no sólo le causó pérdidas económicas, sino también la pérdida de la sensación de seguridad.
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En esa ocasión se había surtido de mercancía y llegó a almacenarla a un domicilio en la primera sección de la comunidad Progreso, apenas a dos cuadras del centro de la misma. Ese día no terminó de etiquetar precios y preparar la mercancía para fotografiarla y subir las imágenes a redes sociales, su principal vía de venta, por lo que cerró la vivienda y se retiró.
Un día después regresó y se percató que uno de los cristales tenía un vidrio roto, pero no sólo eso, sino que delincuentes habían saqueado el domicilio, llevándose 30 mil pesos en mercancía y 15 mil en objetos del lugar.
En una noche perdió su inversión y parte de su patrimonio a manos de delincuentes que operan con impunidad en Atotonilco de Tula. Nadie vio nada, ningún vecino se percató del saqueo a la vivienda, a pesar de que se requirió un lapso considerable para sacar y mover toda la mercancía. Aún con la videovigilancia en el municipio no hubo rastros sobre los delincuentes responsables de este robo.
No es el único robo que se ha registrado ahí en los últimos días, pues señaló que delincuentes habían robado una camioneta que se encontraba estacionada frente a la iglesia de la localidad.
Dijo que como vecinos ya han reportado algunas situaciones sospechosas a los elementos de la dirección de Seguridad Pública, dependencia que dirige Alejandro Rosales Valdivia, pero hasta ahora se sienten ignorados, pues poco o nada se ha hecho para prevenir el delito.
Menos aún por alentar las denuncias. Refirió que después de percatarse del saqueo al domicilio en el que almacenó su mercancía reportó el hecho a la policía, cuyos elementos llegaron, tomaron algunos datos, como algo meramente de rutina y le hicieron una desangelada invitación a denunciar, no sin antes decirle que al no existir flagrancia, al no haber lesionados ni otras agravantes, iba a ser improductivo denunciar.
Con esos "ánimos" finalmente se desistió de denunciar formalmente, pues consideró que perdería más tiempo y dinero en hacerlo, y no habrá resultados como en el caso de los reportes y pedidos de apoyo que han hecho a los policías de Atotonilco de Tula. Ahora deberá empezar de cero.
Planteó que la alcaldía de Jaime Ramírez Tovar deben emprender acciones preventivas contundentes y efectivas contra la delincuencia, pues por ahora no se le da atención al tema y la policía da la impresión de no querer actuar.