A 11 años del evento clímax de la inseguridad y violencia en Nuevo León, familiares de las 52 víctimas mortales del ataque al casino Royale criticaron que las disculpas públicas por parte de la autoridad no se hicieran el día de hoy.
A la vez que, reiteró Samara Pérez, es lamentable que ninguna autoridad, de los tres niveles de gobierno, se haya pronunciado este 25 de agosto sobre el caso, aunque agradeció al alcalde de Monterrey por levantar el memorial que ellos hicieron y que cada año les tira el dueño del lugar donde estuviera el siniestrado casino.
Previo a sus palabras, sobre la banqueta frente al que fuera el Royale, pintaron 52 pares de huellas, luego sobre cada una pusieron los nombres de las víctimas para dejar un recuerdo, que a pesar de las pisadas futuras sea imborrable para una sociedad que tiende al olvido.
“Esas disculpas, verdaderamente, eran hoy, y no era una disculpa solo para las familias, es una disculpa pública que se la deben a la sociedad completa, a Monterrey, a Nuevo León, y al país entero”, destacó.
El evento por parte de la autoridad federal, explicó, se pospuso para el próximo 31 de agosto debido a una cuestión de “agenda del sub secretario Alejandro Encinas”.
“Más allá de la agenda del subsecretario, son tres niveles de gobierno y hoy todos somos testigos de que solamente uno, no hizo mención, hizo acción, Luis Donaldo Colosio, en poner lo que nos destruyeron”, agregó.
De igual forma, añadió, no hay víctimas de primera y de segunda, por lo que no entienden que no sean las disculpas en el Palacio de Gobierno.
“Le mandamos saludos a Texas”, dijo al gobernador del estado.
“No debieron morir, jamás nos van a callar”
A decir de las familias, es importante recuperar los espacios públicos para que la memoria se conserve.
“Lo que queremos decir hoy es que debemos de recuperar espacios de memoria porque la violencia sigue y no podemos permitirlo.
“Tenemos que pensar en las generaciones jóvenes, para que conozcan estos hechos, y les tenemos que enseñar que no es tolerable la violencia”, pronunció.
Tras el pronunciamiento, el evento que desde un inicio estuvo aderezado de dolor y lágrimas, continuó al decir los nombres de las 52 personas que murieron en el ataque.