A puerta abierta, pero con casi nula presencia de fieles, es como se celebró la fiesta patronal de la Virgen de La Candelaria, en el Centro de la Ciudad de México, cerca de la estación del Metro con el mismo nombre.
Lo que en años anteriores era una festividad llena de gente que llegaba a adorar la imagen mariana y a bendecir a los Niños Dios, hoy es una iglesia llena de flores, pero vacía.
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El sacerdote a cargo de la Iglesia en honor a la Candelaria, José Arriaga, señaló que en años anteriores se retiraban las bancas para poder albergar a más fieles y que hoy, debido la contingencia sanitaria por el covid-19 se limitaban a permitir el acceso a visitar a la Virgen, imagen que data del siglo XVIII, y solamente rociar con agua bendita sobre los Niños Dios.
En entrevista con MILENIO, el sacerdote hizo hincapié en que el templo sigue las normas de sanidad que han impuesto las autoridades de la Arquidiócesis Primada de México y de la Secretaría de Salud, señaló que solamente los fieles pueden permanecer dentro de la iglesia 10 minutos, manteniendo la sana distancia y evitando aglomeraciones.
Asimismo dijo que el Niño Dios de la iglesia fue vestido como personal de salud, con cubrebocas y careta, a modo de homenaje a los trabajadores que hacen frente a la pandemia. Pues "Jesucristo vino a identificarse con toda la humanidad y es por eso que se vistió así, es una forma sencilla de expresar nuestras fe en Cristo" señaló.
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Una fiel llegó hasta las puertas del Templo a buscar la bendición del sacerdote para sus dos Niños Dios vestido con ropones del "Niño de las Palomas". Aseguró, mientras sostenía una canasta con las imágenes religiosas que la fe es la que ayudará a poner fin a la pandemia.
LG