“Joel Arriaga y Enrique Cabrera, las víctimas de la persecución": Gloria Tirado Villegas

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La autora de más de 5 libros referentes a 1968, refirió que lo peor de la trágica noche de Tlatelolco fue desconocer la cifra exacta de muertos.

Gloria Tirado Villegas | Andrés Lobato
Rafael González
Puebla /

Lo peor después de la trágica noche de Tlatelolco fue desconocer con exactitud la cifra de los muertos: “(Con el tiempo) en documentales nos fuimos dando cuenta que fueron mucho más de lo que se manejó”, señaló la investigadora Gloria Tirado Villegas, autora de más de cinco libros referentes al movimiento estudiantil de 1968, quien no solo logró sentir el pulso de lo que se vivió ese año en el entonces Distrito Federal porque estudiaba allá, sino que lo padeció tras el secuestro de su hermano, integrante y delegado del Consejo Nacional de Huelga por el Instituto Politécnico Nacional (IPN): “Cuando nos enteramos fue algo muy difícil”.

En entrevista con MILENIO Puebla, la investigadora también recordó la participación de los poblanos Enrique Cabrera y Joel Arriaga en el movimiento estudiantil de 1968, ambos detenidos y llevados al Campo Militar número 1; el segundo, preso por tres años y 50 días en el Palacio Negro de Lecumberri, después asesinado.

“(Aunque no estuvo presente el 2 de octubre), el 4 de octubre se llevan preso a Joel Arriaga, que es el único preso por Puebla. Enrique Cabrera Barroso estuvo ahí el 3 de octubre. También se lo llevaron, dio datos falsos y después salió (...) menciono a estos dos personajes porque los asesinan en 1972”.

De acuerdo con la historiadora, la represión contra los estudiantes del Politécnico “fue más allá del 2 de octubre, porque después desaparecen las prevocacionales, las vocacionales que había en los diferentes estados de la República y las vuelven secundarias técnicas (...) otras las cambiaron de sede”.

Recordó que en Puebla operó la Vocacional 16 y con este cambio se quisieron desarticular las relaciones entre los estudiantes. Para la también docente e investigadora de la BUAP e integrante del Sistema Nacional de Investigadores, el hecho de que IPN haya quedado relegado en las referencias del movimiento se debe a que fueron los participantes de la UNAM los primeros que se abocaron a escribir y hablar sobre los hechos.

“Los periodistas entrevistaron a los integrantes del Consejo Nacional de Huelga, pero sobre todo a los que quedaron presos en la cárcel de Lecumberri; entonces, un discurso que se empezó a reproducir”.

Tirado Villegas planteó que todo cambió a partir de 2018 cuando empezaron a aparecer libros y publicaciones de exintegrantes del movimiento del IPN.

“Gracias a un fotógrafo que trabajaba para Presidencia, le decían “El Mariachito’, por cierto poblano, de Zacatlán, tras de fallecer su familia le regaló sus fotografías al ISUE de la UNAM, material que utilizó Proceso para un especial y son desgarradoras”.

Evocó que en un conversatorio en el que participó, hubo mucha gente que al conocer pormenores de las detenciones “se pusieron a llorar”.

“Jóvenes y crítica al imperialismo”

A 54 años, la investigadora consideró que el movimiento estudiantil no surgió por casualidad, sino que fue resultado de “incremento de la población estudiantil en el universidades y a un largo y nada fácil proceso de politización estudiantil, que se reflejó en muchos países, fue una crítica al imperialismo, al capitalismo”.

“Los alumnos participaron con mucho ahínco en el movimiento del 68, porque tenían ya antecedentes de una huelga en 1957, ya que desaparecieron el internado (...) y quisieron que se reabriera; y en 1937, hicieron un movimiento en apoyo de los estudiantes de Nuevo León. Ellos señalan que esta fue la primera experiencia del Consejo Nacional de Huelga”.

Tirado agregó que en el caso de México, “y, creo que es el caso de América Latina, influye mucho la revolución cubana (...) es una alternativa distinta a lo que se estaba viviendo, hay un agotamiento ya no solo del sistema político sino del sistema económico en cual estábamos, aunque se había insistido en que había un milagro mexicano, pero este no llegaba a todos los jóvenes, en especial, de la clase media donde se presentanam las primeras generaciones que estudian, que son hijos de obreros, de maestros, de ferrocarrileros, que fueron muy golpeados en 58 y 59”.

Señaló que los jóvenes de entonces “aprendieron a perder el miedo” y a participar, en especial, las mujeres que estaban relegadas por “el autoritarismo y las relaciones con los padres, que era muy tensa. Estábamos en otra etapa de la sociedad e incluso en muchas casas se les hablaba de usted”.

Aunque se ha dado una discusión de que si el feminismo nació o no en México en el 68, para ella “ya estaba instalado, ya estaba presente, no es como el que se manifiesta actualmente, que es muy fuerte (...) en aquel momento se manifiesta como de igualdad”.

Tirado Villegas dijo que el participar en las brigadas, en las actividades y el hablar en público les permitió confirmar que podían ser tan líderes como los hombres.

Refirió que en el caso de los hombres también tuvieron una enseñanza, pues se dieron cuenta que vivían dentro de un sistema de represión, ya que fueron tachados de comunistas sin serlo: “Lo peor era ser comunista”, finalizó.

Gloria Tirado Villegas | Andrés Lobato


CHM

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