Grupos semicriminales o criminales están detrás de las movilizaciones de migrantes dentro del territorio nacional, actividad que les deja grandes ganancias en medio de innumerables violaciones a los derechos humanos.
En el punto anterior coincidieron los investigadores Matthias Nebel, director del Instituto Promotor del Bien Común de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep); y Manuel Alejandro Gutiérrez González, director del Centro para el Desarrollo Sostenible y el Bien Común (CEDS) de la Universidad Tecnológica de Querétaro, para quienes existe una logística que permite el paso de miles de personas a partir de la actuación de grupos ligados a la delincuencia que ejerce la trata de personas.
Por un lado, Matthias Nebel destacó que las migraciones están aumentando en países como México porque crece la movilidad y existe una mayor organización, así como una importante circulación de la información.
“La organización de esos flujos es mayor. Antes eran menos organizados, ahora son organizados por grupos semicriminales o totalmente criminales que sacan ingresos enormes. La migración es una fuerte enorme de ingreso porque es ilegal”, expresó.
Señaló que junto a la migración se presentan formas modernas de esclavitud donde los integrantes del crimen organizado obtienen grandes cantidades de ganancias de forma ilegal a partir de la prostitución y de personas que trabajan en actos delictivos.
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Lamentó que los migrantes son tratados como objetos y su vida carece de valor, ya que, son utilizados por los integrantes del crimen organizado para diferentes acciones y tareas que se traducen en recursos económicos.
“Estos flujos migratorios ponen a las personas en situaciones de vulnerabilidad. No están protegidos por el estado de derecho. Hay en el país migrantes de tránsito, de salida y de llegada. Los migrantes están lejos del respeto a sus derechos. Las formas modernas de esclavos están relacionadas con la migración donde se compran entre ellos mismos a nivel de prostitutas o personas que están bajo el crimen. Ya no son personas, son objetos y eso es una vergüenza y es retornar al Medievo. ¿Cuál vida no tiene costo?”
Señaló que la migración y la transmigración responde a las desigualdades que se presentan en países de Centroamérica, Sudamérica y África, donde ya no existe una esperanza para que mejore la realidad.
“El flujo migratorio explota y la percepción de que tendrán mejores resultares, explota. La migración responde a desigualdades. Hay países en donde no se puede mejorar la calidad de vida. Cuando no se tiene esperanza, cuando no se tiene futuro, los jóvenes tienden a salir. Ese es el motor de las migraciones”, apuntó.
Por su parte, Alejandro Gutiérrez González, director del Centro para el Desarrollo Sostenible y el Bien Común (CEDS) de la Universidad Tecnológica de Querétaro, resaltó la importancia de que los gobiernos detengan las operaciones de los grupos criminales que están lucrando con el traslado de migrantes.
"¿Qué ocurría si en El Salvador, Nicaragua u Honduras hubiera mejores condiciones de vida? Quizá no habría razones para migrar. El punto es que los flujos de haitianos corren con una logística determinada. Esa logística, me parece que son los grupos criminales. Los grupos criminales están lucrando y es ahí donde los gobiernos deben estar al pendiente ¿Cómo es el negocio de la movilización o de la trata de personas? Creo que es importante poner muchísima atención en cómo se lucra con la necesidad de las personas”, expresó.
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