Guanajuato se convierte en el estado número 18 en aprobar '3 de 3' contra violencia de género

Comunidad

La bancada feminista había presentado desde hace un año esta propuesta en el estado.

Cortesía |
Wendoline Adame
Guanajuato /

Por unanimidad de votos en el congreso local, el estado de Guanajuato se convirtió en el número 18 a nivel nacional en aprobar la legislación #3de3VsLaViolencia, para que ningún agresor pueda ocupar cargos públicos ni de elección popular.

Pese a que en la entidad, la bancada feminista desde hace un año había presentado la misma propuesta, la aprobación llegó como parte del decreto remitido a los estados por parte de la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, por el que se reforman y adicionan los artículos 38 y 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de suspensión de derechos para ocupar cargo, empleo o comisión del Servicio Público.

"Desafortunadamente no aprovechamos la facultad de libre configuración legislativa que nos da la constitución, como si lo hicieron otros estados que legislaron sobre la 3de 3 desde hace ya muchos meses. A nosotros nos alcanzó ya la realidad y la reforma a nivel federal, lo cual celebramos y ahora tendremos que hacer lo propio ya por obligación, cuando hubiera sido mejor por voluntad”, señaló Yulma Rocha.

Esta reforma abarca a los 3 poderes; Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como a los tres niveles de gobierno; Federal, Estatal y municipal. Además de varones sancionados por violencia política en razón de género o violencia de género en sus distintas modalidades, tampoco podrán ocupar cargos aquellos que sean deudores alimentarios morosos.

“A nivel país, los preceptos reformados y criterios interpretativos, se deja clara que la violencia es un síntoma social preponderantemente en contra de las mujeres, como reales víctimas de conductas antisociales y se fortalece en gran medida el marco referencial de género”, agregó la diputada local Susana Bermúdez del PAN.

Con esta reforma, se estandariza a nivel país los preceptos reformados evitando criterios interpretativos dispares; se deja clara la violencia como un síntoma social y preponderantemente a las mujeres como real víctimas de conductas antisociales y se fortalece en gran medida el marco referencial de género; se distingue del marco de referencia punitivo, para pasar a otras consecuencias que permitirá trascender la violencia contra las mujeres más allá de un problema interpersonal entre la víctima y el agresor, a un problema de atención prioritaria del poder público; y se deja claro que se apuesta a una ética pública.

MLMG

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