Entre fragmentos de cestería, textiles y fibras, arqueólogos hallaron en la cueva prehistórica La Morita II, en Villaldama, Nuevo León, restos humanos cuya antigüedad se estima hace 2,500 a 3,000 años antes del presente (a.p.).
Esto, según informó la autoridad, como resultado de las fases II y III de la temporada de campo 2023-2024 en la citada zona arqueológica.
Los trabajos en este lugar se remontan al año 2003, y fue durante la exploración más reciente, efectuada por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Centro INAH Nuevo León, como parte del proyecto “Prehistoria y Arqueología Histórica del Noreste de México”, que también se localizaron utensilios y herramientas de uso domésticoritual.
De acuerdo al arqueólogo Moisés Valadez Moreno, de los restos humanos se identificaron falanges de la mano y metatarsianos de los pies, un cúbito y un húmero, varias costillas y piezas dentarias sueltas, los cuales, corresponderían a un bebé y dos adolescentes, por tratarse de huesos cortos.
"Los restos humanos se descubrieron en la cámara sur de la cueva, a 1.65 metros de profundidad; es probable que hayan sido desmembrados y depositados exprofeso en aquel sector apartado de la oquedad como parte de una práctica funeraria",comentó.
"De acuerdo con las crónicas, cuando la madre fallecía durante el parto o minutos después, el infante era sacrificado y acompañaba el enterramiento de la occisa; en otros casos, por ejemplo, en un parto gemelar, el hecho era concebido como un mal augurio, por lo que se procedía a escoger al neonato de mejores condiciones y separar al segundo para enterrarlo vivo", comentó.
“La misma suerte corría aquel infante que mostrara señas de mal formación o defectos congénitos. En la región noreste del país se practicaron rústicos mausoleos en cuevas, covachas o lugares apartados, donde es evidente el empeño por ocultar el lugar de la sepultura”, explicó.
El equipo de investigadores recuperó también alrededor de mil 500 artefactos de uso ritual y doméstico, como puntas de lanza y atlatl, punzones y cantos pulidos, cuya antigüedad se estima entre 4,500 a 2,500 años a.p., así como materiales perecederos, entre los que sobresalen fragmentos de cordeles y cestería, de alrededor 3,000 años a.p.
Dichos materiales se unen a los casi 30,000 restos culturales y ecofactos recuperados en la cueva La Morita II, desde 2003, cuando inició el proyecto, a la fecha.
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