Los servicios de la casa del migrante El Samaritano continúan en medio de la pandemia del nuevo coronavirus SARS-COV-2, aunque se mantiene bajo el número de centroamericanos que cruzan la zona.
Lo anterior lo señaló María Luisa Silverio Cruz, encargada del centro asistencial ubicado en el crucero ferroviario de Bojay, en Atitalaquia.
La integrante de las hermanas de la congregación Sagrados Corazones, organización que atiende el inmueble, reconoció que se ha mantenido un bajo flujo de migrantes durante este periodo de contingencia sanitaria, y expresó que en esta época de pandemia reciben en promedio a 35 personas migrantes a la semana, cuando antes la cifra en torno al flujo migratorio por la zona era mayor.
La casa por el momento mantiene su operación parcial, con servicio de comida y entrega de utensilios de aseo personal o algún medicamento a los migrantes, pero no se permite la estancia en el sitio debido a las medidas sanitarias, como la sana distancia.
Hasta el momento –dijo– no han detectado ningún caso sospechoso de covid-19, al tiempo que destacó que las medidas sanitarias de la Fase 3 de la pandemia se aplican estrictamente en las instalaciones de El Samaritano.
Refirió que en algunos albergues de migrantes ubicados en el estado de México sí les permiten quedarse por uno o dos días a quienes recurren a ellos, pues cuentan con la infraestructura para ello.
Aunque a veces –aseguró– los migrantes se aburren, pues no hay cosas por hacer, además de que tienen que atender los reglamentos internos de los albergues para una sana convivencia.
Silverio Cruz destacó que la casa de atención El Samaritano mantendrá su servicio para apoyar a los migrantes, pero subrayó que están siguiendo las medidas sanitarias preventivas para evitar contagios.
Donativo de DIF Tula
La encargada de la casa de atención refirió que este jueves recibió un donativo de insumos de limpieza de parte del sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Tula, que encabeza Liliana Aguirre Mejía.
“El DIF de Tula nos trajo algunos mechudos, cubrebocas, vendas, talco, bolsas y otros objetos (…) la semana pasada vino la presidenta del DIF, vio la necesidad y por eso se comprometió; ‘háganos una lista de lo que necesitan y yo se los traigo’, nos dijo; fueron de esos donativos efectivos, rápidos”.