Debido a la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, la Casa del Migrante San Juan Diego Cuauhtlatoatzin redujo su capacidad de albergar a solo 20 hombres y 6 mujeres para mantener la sana distancia, además se suspendió la visita de grupos que asistían este hogar, “tuvimos la reducción también del personal remunerado y la disminución también de apoyos humanitarios por parte de la diócesis de Cuautitlán”,
En un mensaje difundido en su página de redes sociales, el presbítero, Eloy Vargas, director de la Casa del Migrante, dijo que estos cinco meses de emergencia sanitaria, los han vivido con un profundo desgaste, “si bien es cierto a principios del mes de abril hubo una disminución considerable del flujo migratorio, también es cierto que por la pandemia tuvimos que tomar varias medidas”.
En un mensaje difundido en su página de redes sociales, el presbítero y sus colaboradores, expresaron su preocupación porque no tienen espacio para aislar a una persona, en caso de que llegara un migrante enfermo de covid-19, “tendríamos que checar cómo hacer para que no se infecten los demás”.
Pese a las carencias, el presbítero, dijo que no cerrarán este albergue, “hemos decidido mantener abierta la Casa del Migrante San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, por nuestra identidad cristiana, por un lado, tiene que ver con nuestra mentalidad del bien que hacemos al prójimo, pero también tiene que ver con nuestra relación personal con Cristo, una manera de manifestar nuestro encuentro personal con él que se concretice precisamente en el hermano”.
Dijo que el reto es seguir fortaleciendo al equipo, promover voluntariado permanente en medio de la pandemia y apelar a la consciencia en los católicos, “para que sigamos sosteniendo esta obra humanitaria con donativos en especie”.
KVS