La estrategia “Aprende en Casa” implementada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para dar continuidad a las clases de más de 1.6 millones de estudiantes de educación básica se caracteriza por una sobrecarga de trabajo para los estudiantes, complicaciones de conectividad en casa y dificultades para los tutores.
De acuerdo con el análisis “Incertidumbre académica y limitantes tecnológicos, retos para la educación a distancia”, realizado por Niza Gutiérrez Ruiz, coordinadora de la Licenciatura en Procesos Educativos de la Universidad Iberoamericana Puebla, con la entrada en vigor de la fase 3 por el coronavirus, se puso en marcha el programa Aprende en casa, estrategia por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para dar seguimiento y conclusión al ciclo escolar 2019-2020.
Con el nuevo esquema, detalla la académica, existe una percepción generalizada de sobrecarga de trabajo porque tanto el alumnado como los profesores se ven sujetos a las presiones que suponen retos en las actividades, así como la incertidumbre académica que implica evaluar el conocimiento en condiciones extraordinarias.
“Como acompañantes del proceso de aprendizaje, los docentes se han visto en la necesidad de desarrollar y potenciar habilidades comunicacionales que no solo incentiven la participación, sino que se adapten a las condiciones tecnológicas, sociales, económicas y sanitarias que vivimos. Como profesionales de la educación, debemos ser flexibles ante esta percepción de saturación y valorar qué actividades podemos rescatar para contribuir al aprendizaje”, explicó la investigadora.
Agregó que, para los padres y madres de familia, el nuevo esquema implica complicaciones porque están obligados a estar presentes en el proceso a nivel preescolar y primaria. “La comunicación se vuelve importante para que el alumno pueda compartir sus inquietudes y necesidades educativas y el profesor pueda adecuarse a ello”.
El panorama que generó la contingencia provocada por el coronavirus obligado a una carrera tecnológica que cada región sobrelleva en la medida de lo posible y el sector educativo podría integrar permanentemente las herramientas digitales si los planes fueran planteados adecuadamente.
“Existen problemas de alcance y cobertura que perjudican a amplios sectores sociales. Muchas zonas rurales no cuentan con la infraestructura adecuada para el desempeño de actividades en línea. Del mismo modo, la capacitación de profesoras y profesores ha mostrado carencias en materia de competencias de enseñanza, lo cual se ve reflejado en la impartición de clases”, comentó.
Destacó que, entre las características principales del programa “Aprende en Casa” se incluye la digitalización de los libros de texto gratuitos, así como la implementación de recursos de aprendizaje en línea y por televisión (Canal 11.2). El modelo de educación a distancia contempla a todos los niveles, desde preescolar hasta medio superior, e incluye actividades evaluadoras y pausas de descanso activo”, comentó.
El análisis destaca que algunas de las principales críticas al programa se centran en su enfoque de evaluación y los requerimientos de infraestructura para llevar a cabo diferentes actividades que se traduzcan en aprendizajes.
“Cada institución educativa hace lo que puede para continuar actividades con base en sus recursos. Muchas escuelas cuentan con áreas especializadas para brindar capacitación al personal docente y administrativo para continuar sus labores desde casa. En todo caso, el reto corresponde a la naturaleza de las actividades. El hecho de romper con este esquema tradicional, especialmente en las clases presenciales, implica una serie de habilidades en materia digital”, comentó.
mpl