Los índices de impunidad que rondan entre el 96 y 99 por ciento por las cifras negras, consolidan uno de los principales problemas por atender ante la inseguridad y la violencia.
Mario Alberto Patrón Sánchez, rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, lamentó que en medio del debilitamiento de la fuerza del estado se esté apostado por una respuesta basada en la sustitución de las instituciones civiles de seguridad por otras de corte militar.
Las estrategias de gobierno están fallado en su misión de ofrecer condiciones de paz y se perdió el control de diferentes territorios a manos del crimen organizado, lamentó el rector de la Ibero Puebla.
“Hay un contexto de macrocriminalidad en el que la institucionalidad del Estado es inexistente. Hoy, las juventudes están llamadas a convertirse en constructoras de paz frente a un contexto de violencia sin precedentes”, expresó Patrón Sánchez.
Durante foro sobre la situación actual del sistema de seguridad organizado en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el rector de la Ibero Puebla recordó que en el sexenio de Vicente Fox se registró un saldo de 60 mil muertes violentas; durante la administración del mandatario Enrique Peña Nieto, fueron 156 mil; mientras que en el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya se registran 138 mil asesinatos, que se suman a las más de 414 mil muertes violentas registradas desde 2006.
“En la última década han ocurrido al menos 90 mil desapariciones”, cuestionó el rector de la institución de educación superior que forma parte del Sistema Universitario Jesuita.
Ante el panorama de inseguridad y violencia, Patrón Sánchez propuso optar por una política integral de pacificación que no recaiga exclusivamente en el combate a pie de tierra.
“Hoy, en el Congreso debatimos que la militarización la ampliaremos por nueve años o más; pero no estamos debatiendo cómo vamos a democratizar las policías y a fortalecer las instituciones”, expresó Patrón Sánchez.
De la misma forma, el rector de la Ibero Puebla resaltó la importancia de fortalecer los organismos de atención a víctimas con el fin de generar procesos de justicia restaurativa.
“Los asesinatos de los sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara en Chihuahua dan cuenta de la táctica actual: un territorio reforzado con la presencia militar frente a la violencia. La estrategia es insostenible.”, añadió el rector de la institución jesuita.
En su oportunidad, Luis Arriaga Valenzuela, rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, destacó que la crisis de violaciones a los derechos humanos es una herencia del pasado con altos costos en el presente. El año 2008 es un punto de quiebre para la violencia en México, cuyo saldo, entre otros rubros, ha sido la triplicación de los homicidios.
“Las políticas de seguridad de mano dura empleadas desde la época del combate a las drogas derivaron en casos de tortura, detenciones arbitrarias y desapariciones.En México, la seguridad es un bien que hasta cierto punto pueden comprar los que más beneficios tienen”, añadió el rector de la Ibero Ciudad de México.
La violencia debe abordarse desde la empatía con el fin de proteger a las personas marginadas, propuso Arriaga Valenzuela.
Para el rector de la Ibero Ciudad de México, es fundamental romper los círculos de normalización de la violencia para recuperar la apreciación hacia la vida.
“Solo desde una genuina empatía con las víctimas puede construirse la esperanza. Las universidades jesuitas tienen la responsabilidad de formar a jóvenes que no sean indiferentes a los dolores del mundo”, finalizó.
AFM