Juan Manuel, el 'héroe' del Metro que grabó, pidió auxilio y ayudó a sus compañeros a salir

Cuando Juan Manuel Escalona salió del hospital a pie, un poco desconcertado, pero sano y salvo, familiares de los demás trabajadores del Metro que estaban ahí le aplaudieron.

Juan Manuel ayudó a sus compañeros a salir del incendio. (AFP)
Rafael Montes
Ciudad de México /

Cuando el señor Juan Manuel Escalona, regulador del Puesto Central de Control (PCC) del Metro, salió del hospital, en el Sanatorio Durango, de la colonia Roma, una ola de aplausos lo conmovió.

Los familiares de sus compañeros, que aguardaban la salida de cada uno de sus pacientes, escucharon el relato que, previamente, había hecho Juan Martín Cabrera Garnica, quien salió antes que Juan Manuel.

“Quisiera hacer un paréntesis para mencionar al compañero Escalona Uribe, todo un héroe, eh, la verdad, apoyó a muchísimos compañeros, los salvó, los ayudó a bajar de la azotea, entonces sí quisiera hacer esa mención para el compañero”, había dicho Cabrera en entrevista con MILENIO, al relatar cómo fue que los trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro encontraron una vía de escape hacia la azotea para huir del denso humo del incendio que se originó la madrugada del sábado en el PCC.

Por eso, cuando Escalona salió del hospital, a pie, un poco desconcertado, pero sano y salvo, la gente, unas 10 personas allí reunidas, familiares de los demás trabajadores del Metro, le aplaudieron.

La mayoría de los 11 empleados que fueron atendidos en ese hospital recibieron suministro de oxígeno para ayudarles a reponerse de la inhalación del humo y salieron a las pocas horas.

“Me siento un poco angustiado por lo que se vivió, pero bien, gracias a Dios”, dijo brevemente Escalona, un hombre sencillo, pero valiente, chaparrito, que lleva 32 años trabajando para el Metro y que ayudó a sus compañeros a subir a la azotea y a mantener la calma tras la explosión de uno de los transformadores en la planta baja de edificio. Ellos estaban en el quinto piso.
“Me sentí bien… de ayudar”, confesó.

Su hijo, Donovan Escalona, quien todo el tiempo estuvo pendiente de él, en las más de cuatro horas que estuvo internado, lo abrazó fuerte y finalmente se fueron.

Subir a la azotea del edificio del Puesto Central de Control del Metro fue la mejor manera que encontraron los empleados del STC para salvar la vida, sobre todo, en medio de la confusión que les ocasionó todo lo que ocurría.

Juan Martín Cabrera, regulador del PCC, con 34 años de antigüedad como empleado del Metro, lo reconoció: en el Metro no están capacitados para saber reaccionar ante un siniestro como ese.

Foto: Omar Franco

“Empezamos a escuchar la alarma, una alarma, no supimos en ese momento si era de incendio o era de temblor; pensamos en ese momento que iba a temblar, entonces permanecimos un momento ahí, hasta que empezamos a ver que salía humo y en cuestión de segundos ya no se alcanzaba a ver y fue cuando tomamos la decisión de salir por la escalera de emergencia”, platicó Cabrera.
“Sí estaría bueno que las autoridades tomaran en cuenta que los protocolos de seguridad no son los que debieran de ser; a nosotros nos dan una embarradita, nada más, pero ya ahorita se vio claramente que no estamos preparados para ese tipo de situaciones, entonces ya le dejo yo a las autoridades ver qué se va a hacer”, reclamó.

Además, pidió que las autoridades se hagan responsables de averiguar qué originó el incendio, pues “hace como un mes, terminaron de cambiar todo el cableado, decían, no sé qué tipo de material hayan metido, yo se lo dejo a las autoridades”.

Casi siete horas después del incendio, Cabrera salió del hospital, con un cubrebocas, los ojos llorosos y dolor de garganta, que le complicaba un poco el poder hablar.

Actuaron por instinto

Recordó que, además de la confusión por no saber qué hacer o a dónde dirigirse, el humo negro los envolvió rápidamente y tuvieron que actuar por instinto de supervivencia.

“El humo no nos permitía ver más allá de un metro, ya lo habrán visto, yo mandé unos videos, estuve mandando videos, tomando videos y ahí les narro cómo fueron los hechos”, platicó.
“Tomamos la decisión de subir a la parte de arriba, a la azotea, pero de igual forma, no había forma de respirar bien, estaba grave el asunto y tomamos la decisión de irnos a una orilla, a una estructura metálica, treparnos, pasar, sortear todas las columnas que hay ahí”, añadió.

Esa estructura metálica, montada en el exterior del edificio de la calle de Delicias, en la colonia Centro, sirvió de refugio para poder respirar.

Foto: AFP

Fue allí adonde subieron los elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos para ayudar a los supervivientes a alcanzar la escalera telescópica de uno de los camiones del organismo para poder bajarlos de allí.

“Tengo sentimientos encontrados de que esto pudo llegar a peores resultados, afortunadamente, se tomó una buena decisión el resguardarnos en ese lugar”, dijo Cabrera, ya más tranquilo.

-¿Tuvo miedo?

-Sí, cómo no, por supuesto, sí, sentimientos…, piensa uno inmediatamente en la familia, es lo que se le viene a la mente, no poderse despedir de ellos, de no saber qué va a pasar…

Después de Cabrera y Escalona, salió también el señor Carlos Fernández.

Con ojos rojos y garganta irritada, se animó a denunciar que “a todo el Metro le hace falta mantenimiento, a todo”.

-¿En qué se nota?

-Tenemos muchas deficiencias, tenemos muchas fallas, muchas fallas y pasan y pasan los días y no las reparan y no es tanto que los compañeros no las quieran reparar, sino que falta el material, faltan las refacciones.

Con él, había coincidió Cabrera: “me imagino que se van a tomar acciones para revisar todo el cableado que baja; en el primer piso también hay unos buses de tracción, de alumbrado, los disyuntores de media y alta tensión, que se encuentran ahí… Es todo el cerebro del Metro”.

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