Comerciantes informales y vendedores de origen triqui, que desde el 5 de diciembre se instalaron en la Plaza de la Constitución y afuera del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, no han sido retirados pese a que el gobierno capitalino aseguró que no daría permisos a nadie para vender en la explanada del Zócalo.
"Lo que decimos nosotros, es igual para todos: el Zócalo no está abierto para el comercio en vía pública. Ha habido manifestaciones de este tipo y una mesa de diálogo permanente. Estamos evitando que se pongan y dando otras opciones y que tengan posibilidad de que tengan su romería, pero no hay permiso", afirmó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con la mandataria capitalina, prohibir la venta "no es un tema que tenga que ver con una política hacia los pueblos originarios y las comunidades residentes, más bien de que hay cosas que no se les permite a nadie. Hay cosas que tienen que cumplirse”.
En un recorrido hecho por MILENIO se pudo observar que entre los vendedores indígenas en el Zócalo y afuera de las oficinas del gobierno capitalino hay comerciantes ajenos a la comunidad triqui; incluso, estos venden sus artículos ante la presencia de policías.
Comerciantes toman las calles y espacios de CdMx
MILENIO publicó que en la explanada de Bellas Artes, la calle Francisco I. Madero y la plancha del Zócalo y fueron ocupadas por comerciantes conocidos como toreros, quienes venden artesanías, juguetes, ropa y alimentos, entre otros productos.
Otros puntos como la calle 16 de Septiembre, Eje Central y el Monumento a la Revolución también han sido ocupados por el comercio informal.
En la calle Francisco I. Madero, una de las principales entradas al Centro Histórico, algunos locatarios se han pronunciado en contra de estos llamados toreros.
"Nos afecta sobre todo por el hecho de que el ambulantaje que hay nos resta atención o que los clientes puedan entrar a nuestros locales ya que (los comerciantes) son muy insistentes con la gente y pues ya no entran aquí”, dijo el gerente encargado de una tienda de ropa para caballero, ubicada en este paso peatonal.
"¿El gobierno no ve esto?"
Pero la llegada de los comerciantes no sólo afecta el paso peatonal, incluso, para algunos les genera inseguridad. "La gente está en bola comprando y otra cosa es que la llegada de los comerciantes se presta mucho al robo. Como presentación a los clientes esto no se ve nada bien. Aquí en el Centro Histórico hay muchas irregularidades”, comentó una empleada de una cafetería en esta calle.
Para ella hay muchos locatarios quienes coinciden que la venta de lentes, cosméticos, ropa, comida y juguetes por parte de estos comerciantes informales afecta a su economía.
"Es incómodo porque no tienen permiso. Cuando vienen los policías (los vendedores) se echan a correr y se hace un relajo. Han detenido a los que venden y se empiezan a pelear. Para negocios que pagamos impuesto pues esto está feo. Que yo sepa no tienen permiso y los que los mueven son los dirigentes; están siempre amparados por líderes. Igual y dan la mochada para que se puedan poner ¿Nadie los ve cuando aquí hay cámaras? ¿El gobierno no ve esto? “, agregó.
La instalación de comerciantes también implica que las calles se ensucien y las jardineras se conviertan en botes de basura, al menos así refirió Josefina, quien en un horario de 14:00 a 22:00 horas llena hasta cuatro carritos de basura.
"De 2 de la tarde a las 10 de la noche que entro a trabajar, salen hasta cuatro carritos de basura. Entiendo que es mi trabajo recoger la basura que deja toda la gente, pero con los comerciantes ellos dejan todo ahí y se van. Dejan papeles y envolturas de lo que venden. Por ejemplo, las macetas las dejan llenas de elotes y botellas de mayonesa”, dijo.
Para Diana Sánchez Barrios, presidenta de la organización Pro Diana A.C., no hay permisos de la autoridad para que este tipo de comerciantes se instalen, sin embargo, “la gente tiene que salir a buscar para el pan y llevar una buena cena a su hogar. La gente sale a torear como cada año".
“La gente sale a trabajar. Yo sé que la gente está toreando en todo el Centro Histórico y la policía no los está dejando y así se la están jugando; como cada año eso no cambia”, opinó.
La también defensora del comercio regulado destacó que este tipo de actividades “cada año se viene y desborde y es incontrolable pues mucha gente busca cómo autoemplearse de una forma y otra”.
irh