La Iglesia católica hizo un llamado a los fieles a reconocer el trabajo de los médicos y de los enfermeros que atienden a quienes han resultado contagiados con el SARS-CoV-2, virus que provoca la enfermedad del covid-19.
En el marco de la Semana Santa, Monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz, coordinador de la Comisión de Liturgia y Espiritualidad de la Arquidiócesis Primada de México, consideró que el personal médico y los familiares de los enfermos “muestran el verdadero amor a Dios, a través de sus actos de heroísmo”.
“Los médicos, las enfermeras y los familiares de los enfermos están haciendo una gran obra de misericordia, están poniendo su vida en riesgo para salvar la vida del otro, nadie ama más que que el que da la vida por un semejante, eso es heroísmo pero eso es ademas santidad"
"Uno podría decir que están en los hospitales porque les pagan pero en realidad es su voluntad, hay algo que brota de su corazón, ellos tienen perdonados sus pecados”, afirmó.
En entrevista para MILENIO, señaló que la contingencia que se vive en el país, podría ser una oportunidad positiva para la humanidad y que ésta aprenda a ser solidaria con los más necesitados, así como a aceptar la ayuda del prójimo.
“El gobierno, los industriales, los empresarios y los bancos seguramente tendrán que tomar acciones solidarias pero pasando esto, será mas fácil que nosotros veamos como estamos y busquemos a los más débiles, a los más pobres para poderles ayudar, compartir un alimento, una ropa”, destacó.
En ese sentido, dijo que se puede adquirir un compromiso social y ayudar a quienes están actuando a favor de la salud, siguiendo los protocolos de higiene que ha establecido la Organización Mundial de la Salud (OMS) para tratar de disminuir el riesgo de contagio.
“Yo debo de cuidar mi salud y tomar las precauciones necesarias para no contagiarme, lo tengo que hacer por mí, por mi familia y para no contagiar a los demás, eso me hace solidario con los demás, me da paz, me ayuda a no estar pensando solamente en el problema, me ayuda a aplicar la inteligencia emocional”, aseguró.
Recordó que “hay que tener fe y orar”, pues el coronavirus no es la primera pandemia que ha afectado al mundo, al señalar que entre 1347 y 1353 se dio la peste negra, la cual terminó con más de 25 millones de personas, tan solo en Europa, mientras que hace un siglo, aproximadamente 50 millones de personas murieron a causa de la gripe española .
En México, dijo, entre 1545 y 1576, el “cocoliztli” atacó a la población indígena del país y la minimizó, ya que cuando cuando Hernán Cortés llegó a México, en 1519, había entre 15 y 30 millones de aztecas, sin embargo para 1578 solo quedaban aproximadamente 2 millones.
“El señor cardenal Carlos Aguiar Retes nos invita a que pongamos nuestra vida bajo la protección del manto del Santa María de Guadalupe, pero en aquél momento, en aquella pandemia donde murieron indígenas ya se habían hecho todos los remedios médicos de la época. La oración y la fe, son un dialogo de amor con aquel que me ha creado y eso me da paz, me serena y guía mi entendimiento para que pueda afrontar lo que sea”, puntualizó.