Este 17 de diciembre de 2024 se cumple un año de la tragedia que enlutó al municipio de Salvatierra, Guanajuato, cuando 11 jóvenes —9 hombres y 2 mujeres— fueron brutalmente asesinados durante una posada en la ex hacienda San José del Carmen.
A pesar del tiempo transcurrido, las familias continúan exigiendo justicia, con el dolor intacto y la incertidumbre sobre el proceso judicial.
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Fue apenas en febrero de 2024 que la Fiscalía General del Estado anunció la detención de Paloma “N” y Óscar Osvaldo “N”, alias “El Borre”, señalados como presuntos responsables de la masacre y vinculados a actividades delictivas en la región Laja-Bajío.
Sin embargo, la audiencia inicial, que estaba programada para diciembre, fue aplazada al 16 de enero de 2025, retraso que ha generado aún más angustia entre las víctimas y sus familias.
El proceso judicial y la representación de las víctimas
De acuerdo con Jaime Rochín, titular de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas, la audiencia fue diferida por solicitud de los abogados defensores, quienes pidieron más tiempo para reunir información y preparar su estrategia legal.
“La audiencia se reprogramó para el 16 de enero porque los abogados de los imputados solicitaron más tiempo. La causa penal está lista, y confiamos en que el proceso avance sin más demoras”, explicó Rochín.
La comisión representa actualmente a 10 familias afectadas por la masacre: seis de las víctimas mortales y cuatro sobrevivientes que sufrieron lesiones permanentes tras el ataque. No obstante, algunas familias decidieron contar con asesoría legal privada, lo que refleja la complejidad y el alto impacto emocional del caso.
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Una noche de posada que terminó en tragedia
Lo que debía ser una tradicional celebración decembrina se convirtió en una de las mayores tragedias para el municipio de Salvatierra. Según testimonios de los asistentes, un grupo armado intentó ingresar a la fiesta sin invitación.
Ante la negativa de los organizadores, los sujetos regresaron con armas de fuego y abrieron fuego indiscriminadamente contra los jóvenes reunidos.
Entre las víctimas se encontraban estudiantes, profesionistas y ex reinas de belleza, lo que amplificó el impacto de la masacre en la comunidad. Antes de retirarse del lugar, los atacantes incendiaron varios vehículos, obstaculizando la huida de los sobrevivientes y complicando las labores de auxilio.
A un año: dolor, memoria y exigencia de justicia
La detención de los presuntos responsables significó un primer paso, pero el aplazamiento de la audiencia inicial refleja las dificultades en la búsqueda de justicia. Para las familias, el aniversario de la tragedia no solo reaviva el duelo, sino que también refuerza la demanda de celeridad y transparencia en el proceso judicial.
La masacre de Salvatierra es una herida abierta que ha marcado profundamente a la comunidad, un recordatorio de la vulnerabilidad en la que viven miles de personas en el estado de Guanajuato.
Mientras la fecha del 16 de enero se aproxima, las familias de las víctimas mantienen la esperanza de que el peso de la justicia caiga sobre los responsables y que hechos tan atroces no vuelvan a repetirse.