Ante la llegada de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, millones de profesores y alumnos de diversas modalidades educativas tuvieron que modificar los métodos habituales de enseñanza y aprendizaje para hacerle frente al confinamiento. Entre ellos, las personas con discapacidad, uno de los sectores más vulnerables, quienes también dejaron de lado las terapias y clases presenciales para tomarlas a distancia.
A diferencia de los alumnos regulares, la atención para los niños y jóvenes de educación especial requiere otra dinámica dentro del nuevo programa educativo. “Hay una estrategia muy débil, en mayo se abrió un sitio en la página de la Secretaría de Educación Pública (SEP) destinada a la educación especial, este sitio cuenta con condiciones muy generales, tiene materiales por entidad federativa y videos, pero son insuficientes”, comentó Fernando Ruiz, director de investigación de Mexicanos Primero.
En entrevista para MILENIO, dijo que están dejando de recibir educación más de 600 mil alumnos, que, si bien están inscritos en el sistema de educación especial, ya sea a través de los Centros de Atención Múltiple (CAM) o de las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER).
Señaló que los contenidos televisivos que estuvieron presentando en la primera versión de Aprende en casa, no fueron pensados para este tipo de alumnos, pues se aburren porque no son atractivos, ya que necesitan muchos estímulos. Sobre la distribución de libros de texto, dijo que sólo se consideran libros en braile para personas con ceguera y de macrotipo para estudiantes con baja visión, “se están pensando este año, menos de 120 mil ejemplares, pero no dicen nada para otros niños que tienen otro tipo de discapacidad”.
De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en México hay alrededor de 572 mil niños en educación especial básica, los cuales son atendidos en alrededor de 6 mil unidades de servicio por aproximadamente 64 mil docentes y personas de apoyo los cuales se encuentran distribuidos dentro de los CAM y las USAER.
Roxana, quien es profesionista y madre de un niño con autismo, narró lo complicado que ha sido para ella este proceso desde que comenzó la pandemia, ya que desde un principio su terapeuta le hizo saber que la modalidad en línea no funcionaría para su hijo, por lo cual tuvo que buscar alternativas para que pudiera continuar estudiando, pero sin que ella como profesionista descuidara su trabajo.
Pero a pesar de las dificultades compartió que junto con su esposo han tratado de buscar las mejores alternativas para que su hijo no se vea afectado por la pandemia, no sólo de manera escolar, si no en sus relaciones con otras personas, las cuales comentó Roxana son más difíciles de conciliar en un niño con autismo.
“Cuando el secretario de salud dijo no hay más que clases en línea, nosotros como papás buscamos qué sí se puede hacer y en eso nos estamos enfocando” comentó.
Expresó que desde su perspectiva considera que la SEP ha volteado muy poco a ver a los niños que requieren educación especial.
“Hay poca empatía y participación gubernamental y de las autoridades hacia los niños especiales, yo creo que fue lo último que pensaron o nadie ha considerado en la Secretaría de Educación Pública” puntualizó.
Modalidad mixta para la educación especial
Anabel Barajas Padrón, directora del Centro de Rehabilitación Hogar Caridad Nezahualcóyotl, dijo que, con la llegada de la pandemia, decidieron aprender de las plataformas digitales para que aun a la distancia siguieran las terapias.
“Las personas con discapacidad también se han visto afectadas, cuando nos enteramos de la pandemia sí fue un shock, pero empezamos a ver áreas de oportunidad. Por medio de la plataforma Hangouts Meet (ahora Google Meet) estuvimos dándoles la terapia física, hidroterapia, terapia de lenguaje y escolarizado”.
Comentó que este ciclo será mixto, la parte escolarizada va ser en línea, pero las terapias como: estimulación multisensorial, hidroterapia y de lenguaje van a realizarse en la institución. En 2019 atendieron a 60 alumnos, este año se va a reducir a la mitad.
“La meta es atender a 32 chicos, no vamos a poder atender el mismo número de chicos que estábamos atendiendo el año pasado de manera presencial, pero los que se puedan con las medidas sanitarias correspondientes. Se les va hacer revisión médica al inicio, aplicar pruebas, vamos a tener un asistente médico que va estar al pendiente si presentan algún síntoma”.
Concluyó que, en ese periodo, hubo personas que no pudieron conectarse por falta de internet. Sin embargo, realizaron llamadas personalizadas a cada uno de los pacientes; además, el centro buscó becas para que les ayudaran con la conectividad, “algunos la aprovecharon y otros aún con la beca dijeron no, pues los que la aprovecharon estuvieron al pendiente de las clases de sus hijos”.
ledz