Le faltaban tres años para culminar su especialidad como enfermera, la crisis que atraviesa su país, Haití, la empujó junto con su familia a emigrar, quedando varados en Tampico, donde ahora vende, paletas de dulce, chicles y chocolates.
Aseguró que encontró en los porteños, solidaridad, que se siente contenta de vivir aquí, pero ello no le quita la intención de seguir y cumplir el anhelado sueño americano.
Dariste Shellenne, tiene una niña de dos años y medio; vive con su esposo, y cinco integrantes más, en una casa que le cuesta bastante cara, sin embargo, tienen fe de avanzar, y sobre todo de no quedarse cruzados de brazos, sino de intentar mejorar el panorama por el que ahora que les ha tocado vivir.
Tiene 29 años de edad, está animada, y se siente arropada por los tampiqueños que se acercan a comprarle alguno de los dulces que ofrece en una canasta de plástico color morado, que llevaba amarrada a su cintura.
Platicó con MILENIO Tamaulipas, y dijo que esta venta de dulces les va a permitir una solvencia momentánea, y que fue la idea más práctica de obtener ingresos.
“Recién empezamos ayer (lunes)...vengo de Haití, con mi familia, tengo 29 años. Estábamos en camino a la frontera, pero empezó la deportación, y nos quedamos aquí. Uno tiene que vivir, que pagar la renta y empezamos como esto, porque no tenemos trabajo, y esto es un trabajo también”
Comentó que le gustaría trabajar como enfermera, pero que este proyecto es igual de honrado, y que la gente cuando le compran alguna de estas golosinas, le dicen “échale ganas”.
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La joven mamá, destacó estar saludable, al igual que su familia; pretenden quedarse un poco más de tiempo, hasta asegurar su partida rumbo a la frontera y lograr llegar a Estados Unidos de América.
“Yo estudiaba enfermería; estuve en Chile cuatro años, ahí aprendí del español, lo que me ayuda a comunicarme. Llevaba dos años estudiando enfermería, y las condiciones después no fueron favorables, me faltaban tres años más”, destacó.
La entrevistada recordó a este medio de comunicación que ella y su familia cuentan con una tarjeta de visitantes, lo que le permite estar legalmente en Tampico, y no sentirse fuera de lugar, aunque insistió que pretenden seguir adelante, hasta lograr la meta que los llevó a salir de Haití, que está dispuesta a trabajar si es que algún negocio la contrata, porque eso les va a permitir ahorrar, y pagar los servicios básicos, que ahora deben solventar.
Exhortó a la ciudadanía que de verlas en las inmediaciones de los mercados municipales, les compren algunos de los dulces que venden, y que los precios son módicos, porque las paletas como los chocolates, cuestan cinco pesos, y los chicles, 3 por el mismo precio.
Con cubrebocas puesto, y una gorra en color negro, playera sin mangas, tela tipo yersi, y pantalón de mezclilla, Deriste Shellenne, se manifestó motivada, mientras había gente que se acercaba a regalarle alguna fruta, y al mismo tiempo, mostraba a MILENIO la credencial que la mantiene con permiso legal, a ella, su pequeña niña y su esposo.