Es haitiano, tiene 32 años de edad, y dice que se defiende un poco en su español porque estuvo en Chile, la comida mexicana le agrada, pero omite el picante, porque no le gusta. Yaneli Reyes, comentó que hay gente que les quiere ayudar, y otra es mala, porque les quitan la plata.
“Algunos nos quieren ayudar, pero otros no porque andan quitando la plata; el dinero a nosotros”, mientras continúa diciendo que no duermen tranquilos y que muchos deben dormir en la calle, que les sacan sus ropas, y que algunos de los que esperan en la Central de Autobuses todavía no pueden viajar, a pesar de haber comprado su boleto.
Quieren llegar a San Luis Potosí, de ahí seguir su destino a Ciudad Acuña, Coahuila.
Detalló que han tenido que pagar por un boleto de mil a mil 200 pesos, lo que se le hace un abuso.
“Nos están vendiendo boletos a mil pesos y a otros a mil 250 para ir hacia San Luis Potosí, de ahí a Ciudad Acuña”, dijo.
Trae sobre su cuello una medalla de la Virgen de Guadalupe, de la que dijo es creyente, y que por ello, Dios está con él.
“Dios está conmigo, donde quiera que yo esté siempre me ayuda”, al tiempo en que sus ojos le brillaban por el fervor que tiene en la guadalupana.
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Buscan seguridad y nuevas oportunidades
Dijo que dejan su país por la inseguridad y porque no hay oportunidades para mejorar su calidad de vida, vienen con hijos, algunos muy pequeños.
“Nosotros buscamos una vida mejor; usted sabe cómo está la situación por la inseguridad. En Tampico nos han tratado bien, nos dan comida, me dan todo. Esta mañana (jueves) me hicieron los papeles, los entregué, ahora ya puedo ir, aquí en Tampico estoy libre”, recalcó, al dar entender que ante el INM recibió apoyo.
En el caso del entrevistado, dijo no estar casado, pero aseguró que la travesía es difícil, cuando buscan de ellos, su dinero.
En su trayecto por México, indicó que han enfrentado circunstancias adversas en cuestión de seguridad, y a pesar de ello mantienen su fe, para alcanzar el objetivo.
Yaneli Reyes, como dijo llamarse mientras traduce a otros compañeros que buscan al igual que él llegar a San Luis Potosí, la diferencia es que son de Brasil, pero que se sienten abusados por la manera de ser tratados, y por el alto costo de un boleto de viaje.
Se observa que traen pasaporte, que dice Yeneli es la vía que les permite estar libres en Tampico.
“Yo estuve en Chile, por eso hablo español poquito, no como ustedes, pero me defiendo”, recalcó.
Llegó desde hace tres días y la comida que ha logrado degustar es desde arroz, huevo y jugos, algunas cosas las brinda el Instituto Nacional de Migración, y en otros ellos pagan sus alimentos.