Las promesas e "ideas maravillosas que tienen ustedes no nos sirven, queremos trabajar ya...", expresaron al sacerdote Alejandro Solalinde los 127 centroamericanos que aceptaron reunirse con él. Su argumento: las familias y deudas que dejaron en sus países de origen.
Para eso salieron de Honduras, El Salvador o Guatemala.
Reunidos en un auditorio en Gustavo A. Madero, los migrantes comenzaron sus protestas cuando Solalinde terminó de explicar su programa: "hay facilidades para un financiamiento de Iglesias evangélicas", con ese dinero trabajarían en un proyecto de economía solidaria.
Solalinde y su equipo acudieron a convencerlos: "La frontera está vigilada, no van a pasar; están deteniendo a los migrantes; es peligroso el camino; mejor, esperen la Navidad y Santa Clos en México... A los Reyes Magos...".
Ante el fracaso, el activista ofreció "la entrega segura en una semana de visas humanitarias con las que podrán recorrer todo el país si así lo quieren".
De los reunidos, solo 48 aceptaron quedarse en México más los que ya lo habían decidido y no estuvieron en la reunión.
La mayoría inició el camino a las 4 de la madrugada rumbo a Tijuana y después hacia EU. Cinco volverán a sus países y 12 esperan poder ir a Canadá como han ofrecido. Esta es la situación de unos 500 centroamericanos que pernoctaban desde hace cuatro días en la Antigua Casa del Migrante".
Migrantes rechazan “ideas” de Solalinde
El activista ofreció "la entrega segura en una semana de visas humanitarias con las que podrán recorrer todo el país si así lo quieren".
Ciudad de México /
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