En esta panadería, batir, amasar y hornear tiene un significado diferente para cada una de las “panaderas” involucradas, pues en el proceso de elaborar un pan, comparten un pedazo de sí mismas que las ayuda a sanar de la violencia intrafamiliar que han padecido.
Se trata del proyecto Las Panas, una organización que a través de la elaboración de pan, busca darle un nuevo significado a la cocina, “como espacio de resistencia para compartir secretos, saberes y sororidad, convirtiéndose así en una posibilidad laboral digna y segura para mujeres que sufren las mujeres en la Ciudad de México".
"Empecé a aprender a vivir no dependiendo de un hombre, sino de mí misma. Ahora me doy cuenta que me maltrataban sicológicamente, me agredían; porque no es necesario que nos den un golpe, con comentarios dañinos, nos destruyen mentalmente”, cuenta a MILENIO, Rocío Elizalde, integrante de Las Panas.
Rocío tiene 61 años, conoció el proyecto hace casi dos, gracias a su hijo. Aunque al inicio asistía únicamente a terapia, al paso de las sesiones se involucró en el taller de panadería, donde encontró la fuerza para salir adelante.
"Muchas veces está uno por apariencia, nos excusamos en que aguantamos por los hijos y eso es mentira; a veces tenemos miedo de salir del círculo de comodidad, pero es preferible a vivir el maltrato que nos dan", mencionó Rocío.
Hacer pan es para Las Panas un pretexto para reflexionar sobre la violencia de género en México, donde de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, siete de cada diez mujeres han sufrido al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida.
"Al momento de amasar el pan, dejo en ello muchas preocupaciones, estos fantasmas dentro de mi cabeza desaparecen. Me siento aliviada cuando lo platico, porque cada una de mis compañeras tienen un consejo de sabiduría que me hace sentirme segura", relató su experiencia Rosario Torrales.
Rosario es otra de las mujeres a las que Las Panas le están cambiando la vida; más que hacer pan, frente al horno se conecta con sus emociones y se reencuentra con ella misma.
“Hay una parte que necesitaba gritar, salir dentro de mi ser, una parte desesperada que encontró un freno. Cuando hago pan me siento con la libertad de decidir lo que quiero para mí, es como si fuera otra persona. Al venir aquí, me he reencontrado conmigo misma”, comentó Rosario.
En entrevista para MILENIO, la directora de Las Panas, Rosalía Trujano, explicó que gracias al apoyo financiero del Fondo Semillas, en 2020 se benefició a 40 adultos mayores. Derivado de la pandemia del coronavirus, las redes sociales fungieron como medio de apoyo para compartir el material audiovisual y llegar a los hogares de las capitalinas.
El taller de pan se imparte en la alcaldía Iztapalapa, aunque se reciben mujeres de cualquier parte de la capital.
"Cuando nos obligan a quedarnos en casa, fue necesario usar otros dispositivos que pudieran ayudarles. Optamos por usar audios que se compartían mediante WhatsApp, en donde les damos tips para reconocer violencia, formas de cuidarse, e información de centros de ayuda, justo para seguir fomentando la red de protección", señaló Trujano.
Este año, Las Panas impartirán cinco talleres en beneficio de mujeres provenientes del Estado de México y con discapacidad funcional. Fondo Semillas está en la búsqueda de donadores que busquen disminuir la violencia de género.
JLMR