Reto clonazepam muestra descomposición social que pega a poblanos

José Leopoldo Castro, investigador de la Ibero resaltó que, en los retos, los menores de edad están buscando la atención que no tienen en casa.

Reto clonazepam | Jaime Zambrano
Jaime Zambrano
Puebla /

El denominado “reto del clonazepam” o “el que se duerma al último, gana”, y que consiste en que, como parte de un reto en redes sociales, los menores de edad se graben consumiendo el ansiolítico en el interior de las escuelas para tratar de luchar contra sus efectos tranquilizantes en busca de encontrar a quien no se duerma, es una muestra de la descomposición social y, al mismo tiempo, es una búsqueda por parte de los estudiantes de la mirada que no tienen en casa.

José Leopoldo Castro Fernández de Lara, investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que los estudiantes de educación primaria, secundaria y hasta media superior, están expuestos a una “moda” que se vuelve “deseable”.


“Lo que sucede, justamente, es que, los jóvenes, están expuestos a lo que culturalmente está sucediendo y, entonces, cuando algo se pone de moda, que eso es lo que ha pasado con nosotros y con la generación anterior y con todas. Cuando algo se pone de moda, se vuelve algo deseable”, apuntó.

El pasado miércoles 29 de marzo, cuatro menores de entre 9 y 11 años de edad, de la primaria Benemérito de Las Américas, ubicada en la colonia Alamos, Vista Hermosa, al Nororiente de la capital poblana, resultaron intoxicaron al consumir el medicamento conocido como clonazepam.

Castro Fernández de Lara explicó que los retos entre estudiantes al interior de las escuelas siempre han sucedido; sin embargo, en la actualidad, se dan en el marco del uso de las redes sociales.

“Realmente, es algo que siempre ha sucedido. El mecanismo siempre ha sido el mismo. Siempre, hay un tipo de personas a las que nos queremos parecer durante la adolescencia y buscamos emularlos. Ahora, es lo mismo, pero las redes sociales posibilitan que cualquier cosa se ponga de moda. Antes había otros filtros”, expresó.

Resaltó que los menores de edad están buscando la atención que no tienen en casa en los retos y si antes un chico hacía cosas arriesgadas, ahora se hacen frente a una pantalla y con la posibilidad de recibir visualizaciones de diferentes partes del mundo.

“Ahora, ya no es el chico de la escuela que hace tonterías, que hace cosas arriesgadas y queremos imitar. Ahora es alguien en otro lugar que hace algo en una pantalla y no hay límites; además, me permite que me haga famoso o, al menos, voy a tener la atención que no tengo. Simbólicamente, estamos buscando siempre la mirada que no tuvimos en casa”, comentó.

El problema con los retos es que se pone en riesgo la salud de las personas y las diferentes acciones que realizan los menores de edad y los adolescentes son una muestra del grado de descomposición que enfrenta la sociedad.

“Si, socialmente, lo que se pone de moda es este tipo de retos, la gente lo va a intentar hacer. Es, solamente, sumarse a una moda. Esta moda, precisamente, nos hace darnos cuenta de lo descompuestos que estamos como sociedad porque es un reto que pone en peligro la integridad de la persona y de los otros, además, por consiguiente”, apuntó.

Respecto al uso de clonazepam en los retos, el investigador destacó que se puede relacionar con que se trata de una medicina que está al alcance de los chicos porque lo usan los abuelos o los padres, ya que, hasta cierto punto, puede ser común en casa, pues, se usa para controlar ciertos tipos de convulsiones, aliviar los ataques de pánico y trabaja en reducir la actividad eléctrica anormal en el cerebro.

AAC

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