Dejaron calles para ponerse guantes de box... ahora buscan romper récord con 'El Canelo'

Las canciones de rap en inglés suenan recio, aunque no tanto como el golpeteo de los guantes de box sobre los costales y peras. “Venga, hijo”, “Dale”, “Uno, dos”, anima El Profe a sus pupilos.

Una decena de muchachos está practicando con enjundia para romper un récord Guinness. Por eso se “calientan” de vez en vez cuando la hacen de sparring con otro compañero. “¡Tranquilos, tranquilos!”, les dice el entrenador mientras los separa. “Choquen los guantes, sin rencores, chavos”.

Su tarde de debut se acerca: será el sábado 18 de junio en el Zócalo de la Ciudad de México junto al campeón mundial Saúl El Canelo Álvarez, quien dará la #ClaseMasivaDeBox, la cual se espera que bata todas las marcas planetarias.

La ilusión de participar en este evento ha sido una motivación para mantenerse lejos de las calles y cerca del gimnasio.

A diferencia de sus pupilos, El Profe no llegó al albergue por vivir en las calles. El covid-19 cerró el hotel en el que se hospedaba y tuvo que recurrir a la red de refugios de la Ciudad de México.

Cuando se entrenaba, poco a poco llamó la atención de sus compañeros y decidió quedarse con ellos para enseñarles técnicas de boxeo, aunque quizá lo más valioso es que les está transmitiendo su filosofía: “Golpear más fuerte al costal, que a la vida”.

Como los alumnos de El Profe, más de 3 mil 300 personas dejaron las banquetas para ponerse los guantes de box, tomar clases de pintura o dedicarse a alguna actividad organizada en alguno de los albergues de la Ciudad de México.

Y es que las personas en situación de calle disminuyeron 88 por ciento en los últimos tres años.

De acuerdo con un censo realizado por las autoridades capitalinas, en 2019 había 4 mil 300 indigentes. Para 2022 esta cifra se redujo a 973 personas que viven con carencias en las calles de la Ciudad de México. La mayoría se encuentran en las alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

La cantidad de indigentes era aún más notoria hace algunos años. El Diagnóstico Situacional de las Poblaciones Callejeras 2017-2018 contabilizó 6 mil 754 personas en esta condición.

Huir de la violencia

Édgar recuerda que cuando era niño hacía pequeños trazos, formas, imágenes en servilletas mientras comía o en su cuaderno cuando se perdía en las clases.

Hoy a sus 20 años está al frente de un grupo de personas con rostro duro, casi inexpresivo, que se miran en pequeños espejos para reconocerse, para encontrarse, para saber quiénes son y hacer un autoretrato.

“Es una catarsis, es conocer cómo te ves, qué percepción tienes de ti. Te permite avanzar en la vida a través de un lienzo”, dice Édgar.

Oriundo de Minatitlán, dejó su hogar por la violencia que sufría en casa y con la esperanza de explotar su talento como pintor. El don lo ha tenido desde siempre, pero la especialización y mejora de su técnica la obtuvo en tutoriales de YouTube.

Hace varios meses era una persona en situación de calle, como muchas que deambulan en la Ciudad de México, hasta que llegó al albergue San Miguel de la alcaldía Iztacalco, el cual le dio cobijo, alimento, atención psicológica y una nueva oportunidad ante la vida.

Mientras cuenta su historia, sus compañeros-alumnos se dibujan a detalle en hojas tamaño carta: se aprecian en los espejos y bajan la mirada con crayolas y lápices en la mano para avanzar en sus trazos.

Poco a poco, los rostros duros que han sufrido la ferocidad de las calles de la Ciudad de México, van cediendo al arte y hasta sonríen para plasmarse felices.

“Nuestros ojos son la parte más expresiva, tiene mucho significado cómo los hagas y también el tamaño que tenga tu cuerpo, es muy diferente la persona que ves por fuera, a la que se expresa en los dibujos”, dice.

Este tipo de historias convergen en los once albergues que tiene destinados la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la Ciudad de México para personas en condición de calle.

En entrevista con MILENIO, la directora ejecutiva del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias de la dependencia local, Nadia Troncoso, afirmó que cuando los recursos públicos y las palabras “cariño” y “atención” se unen, los resultados sólo pueden ser prometedores.

La funcionaria afirmó que los 91 millones 337 mil pesos que destinó para este año la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, para atender esta problemática dieron un giro positivo, luego de décadas de abandono.

Este sector ha sido invisible para la sociedad. Al toparse con un indigente, lo habitual es darles la vuelta, tal como lo han hecho los gobiernos que los dejaron apoderarse de espacios públicos, fomentando con insumos una vida a la deriva.

Troncoso explicó que la cruzada contra la gente en situación de calle arrancó en 2019, cuando se reunieron con gobiernos de otros países para “conocer la complejidad y patrones de georeferenciación y movilidad humana”.

Posteriormente decenas de brigadas de la Secretaría recorrieron cada rincón de las 16 alcaldías para hacer un padrón de personas en situación de calle.

En los registros se detalla cada historia, que tienen la “violencia en casa” como principal detonante para vivir a la intemperie; y las adicciones como la principal cadena y escape de la realidad para mantenerse en la calle.

“Este rompimiento con los entornos familiares-comunitarios los llevan a decidir que la calle es la mejor alternativa que tienen para su existencia y para llevar a cabo su proyecto de vida, posteriormente ocurre otra situación que es el tema del consumo de sustancias psicoactivas”, comentó la funcionaria.

“Cuando inician el consumo de sustancias psicoactivas, después es muy complicado con los temas emocionales, poder atenderlos desde una perspectiva social”, explicó.

A pesar de salir de entornos de violencia que les ha producido daños físicos y psicológicos, el perfil de las personas en situación de calle, no es de agresión ni de rencor social, son personas que con la atención y cariño logran salir adelante y cambiar su destino.

Además de los dormitorios, comedor, patio y salón de artes, el albergue de San Miguel cuenta con servicio médico, consultorio dental, área de lectura, de esparcimiento, un taller de reparación de celulares y hasta un salón que brilla con presentaciones teatrales.

Volver al camino

Gabriel Soto, quien pide que no lo confundan con el actor de telenovelas, también pudo explotar su pasión por el teatro y por el cantante Juan Gabriel.

Desde hace semanas ensaya con otros compañeros una obra original sobre diversidad que va armonizada con canciones del “Divo de Juárez”.

Gabriel afirmó que su proceso de rehabilitación e inclusión social le ha devuelto la vida, le ha permitido regresar a las cosas que lo hacían feliz y volver a caminar con los pies bien plantados.

“Más allá de los recursos, lo importante es tratarlos como seres humanos, escucharlos. Muchos de ellos nunca volvieron a ser tomados en cuenta ni por sus familias ni por la sociedad y aquí se les escucha, se les atiende, es increíble lo que se puede lograr con cariño y atención. Les cambias la vida”, dijo Troncoso.

La inclusión social no sólo pasa por los albergues, el gobierno de la Ciudad de México les creó un programa de empleo en el que colabora la Secretaría del Trabajo capitalina, la cual procura insertarlos en el mercado laboral.

La primera etapa es por dos meses y perciben un apoyo económico de 3 mil pesos; de cumplir con él, el gobierno de la ciudad les ayuda a conseguir otro puesto en una empresa privada, lo que les permite sostenerse.

“La respuesta de las empresas ha sido maravillosa, nos han ayudado mucho para eliminar el estigma de este sector que, muchos de ellos, sólo necesitan un pequeño empujón y un voto de confianza para salir adelante”, aseguró la funcionaria.

El reto de la dependencia que encabeza Carlos Ulloa radica en que las personas reinsertadas a la sociedad no caigan de nuevo en el mundo de las drogas y por fin acabar con sus círculos viciosos.

“Lo que hemos hecho en estos cuatro años de gobierno, es fortalecer que no crezca el número, seguir atendiendo a las personas que se resisten a confiar en el gobierno, lo que nos corresponde a nosotros como funcionarios públicos y le pedimos a los ciudadanos que nos ayuden con eso, es a convencerlos de que acudan a estos servicios públicos que existen para ellos, que confíen en que hay una alternativa de vida y que hay opciones adicionales a esta vida en calle”, pidió.

En tanto van dándose las transformaciones, en el Congreso capitalino ya se escuchan voces que pugnan por incluir a las personas en situación de calle como beneficiarios de programas sociales. Para ello habría que contemplarlos como sector prioritario en las reglas de operación de estos planes.

Y en los albergues, por lo pronto, el entusiasmo se escucha principalmente entre quienes entrenan box con El Profe. La emoción de compartir escenario con Saúl El Canelo Álvarez ha sido un imán para mantenerlos lejos de las calles.

FS