"Querían ser los mejores médicos del mundo"

Los padres de José Antonio y Ximena, que realizaban un intercambio académico en la Facultad de Medicina de la Upaep, exigieron justicia para sus hijos.

"Ximena quería hacer su especialización en México y México me la quitó", señalaron los papás de Ximena. (Melanie Torres)
Jaime Zambrano y Verónica López
Puebla /

Los padres de los estudiantes colombianos José Antonio Parada Cerpa y Ximena Quijano Hernández, que realizaban un intercambio académico en la Facultad de Medicina de la Upaep en México, y cuyos cuerpos aparecieron sin vida la mañana del lunes en Huejotzingo, exigieron justicia para sus hijos y aseguraron que querían ser los mejores médicos del mundo.

Al visitar la Upaep donde el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, encabezó una misa en la capilla del campus central, en memoria de los cuatro jóvenes que fueron asesinados durante las primeras horas del lunes tras asistir al carnaval de Huejotzingo, los tutores de los estudiantes colombianos dieron un mensaje en el que agradecieron las muestras de apoyo del pueblo mexicano y llamaron a que se trabaje porque regrese la seguridad.

El padre de Ximena, Jorge Enrique Quijano, quien estuvo acompañado por su esposa, Sonia Hernández Barreto, señaló que todo aquel que quiere estudiar medicina está “loco” porque no le importan los turnos de más de 24 horas; destacó que su hija era una persona entregada y quería estudiar en Puebla y especializarse para ser una de las mejores en su carrera.

“Mi Ximenita tenía algo bello: amaba su carrera, amaba su universidad donde se formó en Colombia. Ella quería seguir estudiando aquí en México, en Puebla, quería hacer su especialización en México y México me la quitó”, explicó con lágrimas en los ojos.

Señaló que los médicos pudieron hasta salvar vidas de delincuentes en su servicio social porque nunca pidieron nombres; y el pasado domingo por la noche fueron asesinados tres pasantes de medicina.

Angélica Leonor Cerpa, madre de José Antonio Parada Cerpa, quien apareció junto a su esposo José Antonio Parada Fonseca, destacó que “Joti”, como su hijo pedía ser llamado por amigos y familiares, cambió en México porque tenía sueños y quería convertirse en un gran médico que pudiera apoyar a los más necesitados.

Resaltó que tras la muerte de “Joti” es urgente que termine la violencia en México y aseguró que regresarán cada que se los soliciten las autoridades para apoyar con lo que puedan en que mejore la situación del país. “Vendremos las veces que sean necesarias para que cambie la realidad de México. Desde allá vamos a estar pendientes y queremos que regrese a México la paz”, comentó Cerpa.

Padres, familiares, amigos, docentes y compañeros de Ximena Quijano Hernández y José Antonio Parada Cerpa participaron en una misa que encabezó el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, en la capilla de la institución poblana.

Por último, la Arquidiócesis de Puebla, organizaciones de estudiantes y enfermería, así como instituciones de educación superior de la entidad, así como la iniciativa privada, expresaron su rechazo a la violencia que se presenta en la entidad y condenaron los asesinatos. Por último, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) lamentó los hechos ocurridos e hizo un llamado a las autoridades estatales y municipales para redoblar esfuerzos e implementar acciones efectivas para fortalecer la seguridad pública.


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