En Puebla, la fe no es simplemente una práctica religiosa; es un lazo que une generaciones y una esperanza comunitaria. El 12 de diciembre es más que una fecha en el calendario; es unirse en comunidad en torno a la Virgen de Guadalupe.
Desde las primeras horas, los poblanos se congregaron en lugares emblemáticos como la Villita del Paseo Bravo, el Seminario Palafoxiano y la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en la colonia Volcanes.
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Entre "Juan Dieguitos" e "inditas", o sosteniendo cuadros e imágenes de la morenita del Tepeyac, los devotos guadalupanos participaron en cánticos matutinos y asistieron a misas para recibir las bendiciones del día. La Villita del Paseo Bravo destacó como uno de los templos marianos más concurridos, con filas que se formaron desde temprano, ofreciendo no solo momentos espirituales, sino también una tradicional verbena con juegos mecánicos y delicias mexicanas.
En el Seminario Palafoxiano, otro recinto impregnado de fervor guadalupano, adultos mayores y familias se reunieron desde temprana hora para disfrutar de la Feria Guadalupana y saborear antojitos como tamales, atole y pan de dulce.
La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en la colonia Los Volcanes no fue la excepción, como desde hace 53 años. Con una misa a las 8 de la mañana presidida por Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, los fieles se congregaron para rendir homenaje a la Virgen. Un mariachi entregó su arte a la Morenita del Tepeyac, seguido de presentaciones artísticas y una venta popular que contribuyó a la recaudación para la capilla.
Agradecen los favores recibidos por la Morenita del Tepeyac
En el marco de esta festividad, mujeres devotas de la Virgen de Guadalupe se congregaron para expresar sus agradecimientos y renovar sus votos de devoción. Entre ellos, Adriana Treviño compartió su emotiva experiencia de agradecimiento por un nuevo integrante a su familia y que como cada año, pidió salud para ellos.
"En el día de la Virgen de Guadalupe vengo más que nada a agradecer porque tuve mi primer nieto. Nos ha ayudado y nunca nos ha dejado solitos, siempre nos ha acompañado en situaciones difíciles."
La gratitud hacia la Virgen de Guadalupe se entrelaza con las tradiciones familiares, como lo evidenció Vianey Bautista, que agradeció el primer año de vida de su primogénito.
"Cada año, es una tradición familiar, y como el año pasado apenas tuve a mi bebé, vine a agradecerle por un año de salud de toda la familia. Desde que tengo memoria, mi familia siempre ha venido, ya sea aquí o en la Villita allá en México."
Este día se demostró la conexión profunda que la comunidad tiene con la Virgen de Guadalupe, no solo como figura religiosa, sino como un lazo que fortalece a las familias y brinda consuelo en momentos difíciles. La devoción hacia la Virgen se manifiesta no solo en plegarias, sino en gestos de agradecimiento y fidelidad transmitidos a lo largo de generaciones.
AAC