La educación a distancia la padecen a kilómetros, no por falta de maestros o de entusiasmo, ahora su principal carencia es el internet, lo que les impide estar al día en sus tareas y trabajos, y la dura decisión entre desembolsar para tener el servicio y continuar sus estudios o desajustar para las tortillas.
“Sí ser nos complica como estamos hasta la orilla del cerro para acá no tenemos señal de internet, solo podemos tener, metiendo recargas pero pues ahorita como están las cosas, se nos complica para estar mandando las tareas” platicó Juana Paola Dávalos
Bryan su pequeño de 8 años, no pierde el interés de sus clases durante el confinamiento en casa, entiende lo difícil que representa para su mamá tener que conseguir sus trabajos y tareas para estar al corriente, no le gustaría quedarse rezagado, pues lo que a el gusta más son las matemáticas.
“Es lo que más me gusta, las sumas y las restas. Me gusta leer. Batallamos porque aquí casi no nos agarra la señal” dijo Bryan.
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Su prima Rocío vive el mismo panorama, a falta de internet, después es complicado el día debido a que se les empalman los trabajos, sus ojos llenos de sueños se entristecen al saber que pudiera truncarse su sueño de convertirse en maestra.
“He batallado mucho, cuando llegan los mensajes dicen que tenemos que entregar más tareas y yo apenas llevo porque no tenemos internet y nos llega tarde. Me siento triste porque a mi me gusta mucho estudiar. Me gustaría que todo volviera a la normalidad” concluyo.