Productores de San Mateo Atenco cambian calzado por cubrebocas

Felipe León Martínez, quien tiene tiene una fábrica con su familia, reconoció que tras la contingencia estuvieron a nada de cerrar la empresa.

Tuvieron que aprender los procesos concretos para su elaboración, resaltó. (Tania Contreras)
“Las medidas de higiene las estuvimos investigando". (Tania Contreras)
Para el personal, señaló, no ha sido fácil adaptarse a los cambios. (Tania Contreras)
Abadiel Martínez
San Mateo Atenco /

Productores de calzado del municipio de San Mateo Atenco, en el Estado de México, dieron un giro al cambiar la elaboración de zapatos por cubrebocas, luego de que las ventas cayeron con el inicio de la contingencia sanitaria.

Felipe León Martínez, junto con su familia tiene una fábrica de calzado, reconoció que tras la contingencia por nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19 estuvieron a nada de cerrar la empresa, liquidar a los empleados y esperar a que la situación mejorara.

“Desde hace cuatro semanas vivimos la crisis del coronavirus, nos afectó muchísimo a todo el gremio zapatero de San Mateo Atenco y dejamos de vender, por obvias razones la gente dejó de venir cuidando lo de la distancia”.

En este municipio hay un gremio de aproximadamente 600 productores de calzado; sin embargo, muchos ya tuvieron que parar la actividad mientras continúe la emergencia de salud, pero Felipe y su familia decidieron elaborar cubrebocas al ser un producto que se ha vuelto de primera necesidad. 

“Ya habíamos pensado en cerrar, pero se nos ocurrió empezar a maquilar cubrebocas que ahorita son indispensables y gracias a eso pudimos conservar a nuestro personal”.

Para ello tuvieron que empezar desde cero, es decir, aprender los procesos para su elaboración como el tipo de material que se utiliza y las medidas de sanitización que demanda la comercialización de cubrebocas. “Las medidas de higiene, estuvimos investigando, para que no se contamine; como esterilizarlo y meterlo a maquinitas de vapor para que se le quiten los bichos”.

Para los trabajadores, señaló, no ha sido fácil adaptarse a los nuevos procesos, pues dicen no es lo mismo producir calzado que textiles, aunque están agradecidos que tener un empleo. “Es difícil porque uno está acostumbrado; toda la vida hemos trabajado el calzado y ahora un cambio drástico sí es difícil para nosotros”, comentó Diego Pichardo, trabajador.

Los cubrebocas se han empezado a vender por mayoreo al sector público y privado; sin embargo, en las plazas Azul y Naranja, donde tradicionalmente se vende el calzado, también los están ofertando.

MMCF

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