Cuando las autoridades en Puebla decretaron un período de confinamiento en marzo del 2020, ante la pandemia, la señora Adriana Jiménez perdió su empleo, lo que la impulsó a iniciar un negocio propio: “La Divina Creación”, en un principio de bisutería religiosa y que poco a poco se ha ido expandiendo a otros accesorios entre pulseras y sujeta cubrebocas.
Esta mujer siempre ha tenido el talento de elaborar manualidades, además de ser una persona compartida, pues en su momento, obsequiaba sus piezas a familiares y amigos, pero tras el impulso de sus hijas, Adriana y Larissa, optó por comercializar sus piezas de pedrería, perla cultivada y chaquira, entre otros elementos de todos los tamaños y colores.
"Desde que mis hijas estaban chiquitas les hacía que el disfraz, los recuerditos para las fiestas, los aguinaldos y así empecé a hacer lo denarios y rosarios, y mis hijas me dijeron por qué no vendemos y dada la situación por la pandemia, empezamos a comercialziar esto, me empezó yendo bien, me hacían pedidos, porque les gusta y por el apoyo de la familia y amigos", dijo la señora Adriana.
De esa manera, primero con pedidos pequeños y una venta a través de redes sociales, es como la familia comandada por esta mujer, comenzó con un negocio que les apasiona y les permite generar ingresos, a pesar de la fuerte crisis económica que ocasionó la pandemia, pero también, que las distrae después de perder a familiares a causa del coronavirus.
"Pues al principio fue para apoyar a mi mamá, echarle porras y meternos a la produccion, a la organziacion, es cambiar un poco la rutina yo tengo un trabajo adicional a esto y ahora es dedicar tiempo en fines de semana para todo el tema del negocio, que despegue, es perseverancia", comentó Adriana Colchado, una de sus hijas.
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Sus hijas, orgullosas de Adriana, han sido un fuerte pilar del negocio "La Divina Creación", pues apoyaron desde un inicio el proyecto con esfuerzo y dedicación, lo que permitió que esta emprendedora, no se haya dejado vencer a pesar de las adversidades que tuvo hace algunos meses que parecían invencibles.
"Ya teníamos un rato por redes sociales, ahorita ya estamos montándolo en local, bazares y en parques como el de Analco, el inicio fue complicado, mi mamá tenía muchas ganas, pero no sabía cómo, ahí empezó la onda, primero fueron recomendaciones y de ahí llegaron más clientes y pedidos", concluyó Larissa, la otra hija de la señora Adriana.
mpl