Las aceras fueron insuficientes para las hileras de personas que se formaron a lo largo de las calles de Tehuacán, desde donde observaron el paso de quienes representaron a los distintos personajes que estuvieron en la Pasión y Muerte de Jesús y que en estas fechas son recordados reviviendo aquellos pasajes que marcaron la historia del cristianismo.
Escenas acordes a los lugares donde Jesús estuvo como la cárcel, juicio ante Pilato, la última cena, los mercaderes, entre otros, fueron hechos por los mismos participantes y se convirtieron en punto de reunión de las personas que durante estos tres días estuvieron acudiendo a ver esta representación.
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A pesar del intenso calor, la gente salió de sus hogares y se congregó en las calles más cercanas a su domicilio, otras desde colonias lejanas llegaron para observar esta representación protegiéndose con sombrillas, algunos se colocaron debajo de árboles o de viviendas, desde ahí esperaron para ver pasar esta procesión viviente que por trigésima novena ocasión se presenta en esta ciudad, donde crearon locaciones que previamente eligieron y que tenían semejanza al lugar donde Jesús estuvo.
En medio del silencio que por momentos había por la narrativa que hacían de cada una de las estaciones, se observaban y escuchaban a los vendedores ambulantes que ofrecían aguas frescas o embotellada, palomitas, chicharrines, tortas, refrescos, alimentos que en ese momento los asistentes podían degustar sin la necesidad de perder su lugar.
Corporaciones de auxilio se concentraron en puntos específicos para dar atención a personas o a los mismos participantes de esta representación, que pudieran sufrir insolación por la temperatura que alcanzó los 32 grados, a pesar de esto, hubo quienes movidos por la fe, siguieron todo el recorrido que culminó en la Meseta de El Riego, un lugar que es emblemático.
Desde la cima donde se colocó la cruz para la crucifixión de Jesús, se pudo observar a la gente como se fue acomodando a las faldas del cerro para formar un mosaico de colores y desde ahí ver la parte final de esta representación y nuevamente, cuando Jesús fue crucificado, el sol que minutos antes se sentía intenso, se ocultó tras las nubes.
Con el viacrucis de este viernes se terminó el recorrido de los más de 102 kilómetros que cada uno de los cerca de 250 actores hizo en esta ocasión, convirtiéndolo así como la Semana Santa en Vivo con mayor distancia caminada y se iguala al de Iztapalapa.
AAC