Cuenca del Atoyac empeora ante cambio climático y reducción de lluvias

Las altas temperaturas concentrarían los contaminantes de las aguas del Atoyac y aumentaría el riesgo de enfermedades.

Vista de un tramo del Río Atoyac altamente contaminado. (Andrés Lobato)
Jaime Zambrano
Puebla /

La situación Cuenca del Alto Atoyac de la zona metropolitana de Puebla y Tlaxcala, una de las más contaminadas del país, empeora ante el cambio climático que desencadenó un aumento de la temperara en tres grados Celsuis y una reducción de la precipitación pluvial anual de 13 por ciento.

De acuerdo con el análisis “Seguridad Hídrica en la Cuenca del Alto Atoyac: estado actual y desafíos ante el cambio climático”, realizado por investigadores del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente “Xabier Gorostiaga” de la Universidad Iberoamericana Puebla y del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de las Américas (Udlap), en la Cuenca del Alto Atoyac (CAA), al problema de contaminación, se une una falta de vital líquido para la población.

Ante el cambio climático, se presentará un escenario de altas temperaturas y la evaporación en los cuerpos de agua sería mayor, lo que afectaría el volumen y la concentración de contaminantes, y también el riesgo de enfermedades.

“Con un incremento de temperatura la demanda hídrica para uso agrícola tendería aumentar significativamente. Bajo este escenario, la disponibilidad de agua será fuertemente afectada y se presentará un alto estrés hídrico considerando que la población aumentará al igual que los requerimientos de agua para la producción de alimentos”, destaca el documento.

El análisis estima que, para mediados del presente siglo, la captación de agua en la Cuenca del Alto Atoyac se traducirá en una disminución de su disponibilidad y, al mismo tiempo, en un riesgo en materia de seguridad hídrica.

“Los escenarios de cambio climático muestran un incremento de temperatura de aproximadamente tres grados Celsius y una disminución en la precipitación anual de aproximadamente 13 por ciento que implica una reducción aún mayor en el escurrimiento superficial en la Cuenca del Alto Atoyac para mediados de siglo”, destaca el análisis.

En su análisis, los investigadores de la Ibero Puebla, Gabriela Pérez-Castresana, Romeo A. Saldaña-Vázquez, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, Jerónimo Chavarría-Hernández y Valentina Campos Cabral, así como los investigadores de la Udlap, Carlos Patiño Gómez y Polioptro Martínez Austria, estiman que se presentará una reducción de los caudales de agua de los afluentes y disminuirá la recarga de los acuíferos.

“Bajo estas condiciones climáticas se alteraría la dinámica hidrológica tomando en cuenta que los ríos y el acuífero se alimentan principalmente del deshielo y de la precipitación que se producen en la Sierra Nevada y la Malinche. Se esperarían cambios importantes en los caudales y en la recarga del acuífero debido a la alteración del proceso de escurrimiento en relación al derretimiento”, destacó.

Actualmente, en la Cuenca del Alto Atoyac solo quedan cinco glaciares en el Iztaccíhuatl y la formación de hielo en la cúspide es menos frecuente; por ello, al desaparecer, se producirá un cambio en el clima por la absorción de la radiación en la roca desnuda.

“Esto provocará un aumento de temperatura adicional y un cambio de clima en las cumbres. Los beneficios que aportan estas masas de hielo se perderán. Ellos aportan agua sobre las cuencas que irrigan cuando se funden en verano y grandes volúmenes a los mantos acuíferos. De manera que, si desaparecen los glaciares, disminuyen los flujos de agua”, destaca el estudio.

mpl

LAS MÁS VISTAS