La producción de mezcal en los municipios de Caltepec y Zapotitlán Salinas alcanzó el auge en los últimos tres años, los maestros mezcaleros han recibido premios como medallas, diplomas y otras insignias por la calidad que tiene esta bebida que hacen con maguey endémico de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán.
En contraste, esta área natural protegida ha sufrido saqueo, el cual ha puesto en riesgo a seis tipos de agave endémico, denunciaron productores de esa planta.
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La presidenta de Bienes Comunales de Zapotitlán Salinas, Minerva Querubin Chavira Pacheco, denunció la extracción constante en este municipio para abastecer palenques en Caltepec, San Luis Atolotitlán y Santiago Coatepec, donde los saqueadores venden la tonelada en 12 y 15 mil pesos.
La extracción ilegal de los agaves en esa demarcación se da porque en las tres poblaciones donde está el mayor número de palenques, se acabó el maguey que está apto para producir mezcal.
Regularmente, el saqueo de maguey pichomel lo hacen de madrugada, eso dificulta que los vigilantes detengan a saqueadores que se llevan las piñas de maguey, las cuales tienen un peso de entre 16 y 20 kilos, regularmente cortan entre una y dos toneladas, de esta forma los saqueadores obtienen un “dinero fácil”.
Para hacer este corte furtivo, los saqueadores tienen a los llamados 'halcones', personas que les avisan cuando salen las brigadas a vigilar para que los cortadores se replieguen o no salgan.
Una de las causas que mantiene el saqueo es porque no existe sanción para los responsables, habitantes de Zapotitlán Salinas han hecho detenciones, sin embargo, pocas horas después los sujetos obtienen su libertad.
Debido al corte irracional, el maguey endémico ha comenzado a escasear, por eso los saqueadores lo están comprando en Oaxaca para mezclarlo con el maguey nativo. De esta forma buscan no perder el sabor y la calidad del mezcal que producen y que les ha dado prestigio.
El saqueo no solo se da en el campo, alcanza a personas que han dedicado más de una década a producir agave en sus parcelas y, en cuestión de horas, pierden todo, porque los ladrones llegan y se los llevan.
Parte del mosaico
El director de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, Fernando Reyes Flores dijo que en esa zona, los magueyes viven acompañados de árboles y arbustos que se benefician mutuamente, porque cuando los agaves son pequeños, necesitan sombra y esta se la dan los mantecos, las uñas de gato y otras especies que forman parte de esta biodiversidad con climas que propician el nacimiento y sobrevivencia de especies únicas y raras.
En este mosaico hay cerca de 3 mil especies de plantas y 600 de animales, todas ellas guardan una interación ecológica que permite a los humanos ser beneficiados de los servicios ecosistémicos.
En el género de los agaves, en el valle Tehuacán-Cuicatlán existe la máxima diversidad biológica en México; en América hay unas 200 especies de magueyes, de las cuales 160 están en México y de esas, 35 en esta zona natural protegida.
“Los magueyes normalmente producen inflorescencias, pueden ser paniculadas en forma de espiga que producen mucho polen y néctar del que dependen un sinnúmero de animales, abejorros, abejas, aves como los colibrís y murciélagos que consumen el néctar y ayudan a que los magueyes tengan una polinización cruzada , generando una diversidad genética”, dijo el director.
Estudios que han hecho, indican que un maguey puede producir 300 mil semillas, no todas logran germinar, lo máximo son 100 o 200, de estas pocas alcanzan su madurez.
En los 19 municipios del estado de Puebla que están insertados en esa reserva y que tienen denominación en la producción del mezcal, ha provocado una presión que han venido documentando, porque el mezcal que se elabora en esa parte del territorio poblano proviene principalmente de especies silvestres.
“Lo que hacen los saqueadores es llevarse la planta antes de que florezca y deje semilla, lo cortan cuando el quiote está emergiendo, al ser este el momento que tiene azúcares que son transformados y destilados para producir mezcal”, declaró el director.
Asimismo, agregó que el impacto ecológico que se tiene, es considerable porque están disminuyendo poblaciones de magueyes silvestres y con esto se afecta a los animales que se alimentan de la flor de los agaves, hay un impacto del que no saben actualmente qué con secuencias puedan tener porque los animales que dependen de ese alimento ya no lo tienen.
“Lo anterior puede ocasionar que los animales se desplacen a otros lugares, que haya plagas y enfermedades; no hay plantas para que las personas hagan otras actividades, por ejemplo, en las actividades religiosas, con los quiotes en flor adornan en Semana Santa y eso impacta en las tradiciones de las comunidades”, finalizó.
Sobreexplotación
Si bien, en esa área natural protegida hay una importante sobrevivencia de magueyes, el saqueo ha puesto en riesgo a especies como el pichomel, papalomet, cachitum, macroacanta, samiana y angustifolia.
La extracción sin control de estas especies se da porque en cada palenque, necesita entre 300 piñas de maguey para hacer una quema.
De acuerdo con la información de la Dirección de la Reserva de la Biósfera ha recabado, en los palenques ocupan 20 kilos de maguey para producir un litro de mezcal.
Esta actividad no solo impacta por el corte furtivo de agaves, también por la extracción de leña, ocupan por lo menos 10 kilos de leña para producir un litro de mezcal y al menos 20 litros de agua, todo esto causa un impacto y pone en riesgo el ecosistema que está desencadenando en consecuencias ambientales, por eso emiten esta alerta para inhibir y contener la extracción de esos recursos.
AAC