Entre repicar de campanas y el sonido de una banda de guerra, fueron sepultados las tres victimas mortales de los arrancones clandestinos de tráileres realizados el domingo en la comunidad de Santa Mónica, del municipio de Epazoyucan, como parte de los festejos patronales.
Mercedes, de 41 años; Jairo, de 22 y Gabriel, de 11, fueron las tres víctimas del accidente quienes en su despedida fueron acompañados por familiares, amigos y compañeros de escuela.
Fabiola Gómez, tía de Jairo, contó que éste era tatuador y carpintero; juntos habían acordado realizar un tatuaje pasadas las festividades parroquiales, pero esto ya no ocurrió.
“Un rosario y los nombres de mis hijos, ya no nos dio tiempo, falleció en los arrancones de los tráileres”.
Por separado, los cuerpos de las tres víctimas tuvieron una última misa de cuerpo presente en la iglesia de la comunidad, ubicada en la parte baja de la calle Lázaro Cárdenas, del barrio de La Trinidad, justo donde ocurrió la tragedia el pasado fin de semana.
En la calle, que también es conocida como la carretera a la comunidad vecina de Escobillas, aún se encuentran regadas prendas, tenis, artículos personales, y hasta restos del tractocamión azul cuyo conductor perdió el control de la unidad al llegar a la meta y que terminó por arrollar a la multitud, dejando además de los tres fallecidos a otras tres personas lesionadas.
De acuerdo con pobladores, el evento de arrancones se llevo a cabo durante cuatro años, en ninguna de estas obtuvieron los permisos para su realización, pero la autoridad los toleró al no intervenir en ninguno de ellos para suspenderlo.
Incluso al evento patronal acudían empresarios de la comunidad que económicamente es identificada con el transporte de carga.
Las tres víctimas fueron sepultadas en el panteón de la comunidad.