Refresqueras y manantiales se han ido extinguiendo en Tehuacán; el agotamiento de los mantos acuíferos que marcaron toda una época para el turismo y la inversión en este municipio, se han visto mermados en los últimos años por la falta de agua lo que ha generado la pérdida de lugares de esparcimiento, principalmente en la junta auxiliar de San Lorenzo Teotipilco que era uno de los pulmones más importantes.
El debilitamiento de los manantiales en Tehuacán se dio paulatinamente, ya que de las siete empresas refresqueras que habían, algunas como Balseca, Aguas de Tehuacán, Garci-Crespo 1 y 2, San Lorenzo y El Riego comenzaron a cerrar sus puertas en la segunda mitad de la década de los 80´s y terminaron este proceso en el 2000; cabe destacar que la bonanza que hubo en esta industria, le dio renombre internacional a Tehuacán, sobre todo por el agua mineral que era utilizada por corporaciones policiacas para conocer el historial delictivo de algunos personajes, ya que utilizaban el Tehuacanazo.
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Hoy, este municipio solo cuenta con tres empresas: Peñafiel que es propiedad de un corporativo extranjero; San Francisco que cerró sus puertas hace más de 20 años y hace dos años reinició actividades; y El Brillante.
Surgen las lavanderías
Empresarios que vieron en Tehuacán una oportunidad de negocio con el agua, desde hace más de 23 años se comenzaron a instalar en distintos puntos de la ciudad, principalmente en la junta auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, considerado un lugar privilegiado al contar con más agua; razón por la que varios industriales decidieron instalarse y hacer el deslavado de ropa de mezclilla, una moda que surgió en Tehuacán y que se extendió a otros puntos del país.
Al haber manantiales con abundante agua que incluso a través de canales se distribuía a los terrenos de cultivos ejidales, los habitantes planearon hacer un parque eco turístico y comenzaron a trabajar, fue así como hicieron la laguna artificial a la que inicialmente llamaron Sport Fishing, después Parque Aventura; lugar que fue habilitado con albercas para adultos y niños, palapas, espacios para asadores y un salón de fiestas.
Este lugar era uno de los puntos de convivencia para los fines de semana, donde las personas podían pasear en lancha, pescar mojarras para después degustarlas, y acampar en los espacios verdes.
Todo el verdor y el bullicio que había en este lugar se terminó cuando a principios del 2021, la laguna se comenzó a secar; ejidatarios pidieron la intervención de especialistas para que hicieran un estudio y así conocer las causas, el resultado que tuvieron, fue que el manantial de El Caballito, el cual le surtía, había descendido drásticamente y con su nivel era imposible abastecer a la laguna.
Sin embargo, no solo se ha perdido este espacio, ya que principios del 2023 se secó lo que conocían como la “alberca del pueblo”, un lugar rústico donde las familias podían nadar sin pagar.
Junto con este lugar, también se secó el manantial de San Lorenzo, un espacio que fue acondicionado al pie del ahuehuete, donde el agua brotaba y a través de una fuente la gente llenaba garrafones y tomaba el preciado líquido directamente del lugar donde nacía.
Había personas que mientras tomaban el agua de la fuente, aprovechaban para lanzar monedas a la pequeña alberca donde corría el agua para pedir un deseo sobre salud, amor, estabilidad económica, etcétera.
Hoy, estos lugares están desiertos, el agua que por muchos años les dio vida, ya no está en los mismos niveles.
El consumismo en pozos clandestinos y lavanderías de ropa tanto legales como ilegítimas terminaron con esta etapa recreativa que miles de tehuacaneros disfrutaron.
AAC