Rodeados de cajas, etiquetas, manzanas y el olor a sidra, es como crecen los niños del municipio de Huejotzingo, la elaboración de esta bebida artesanal es una tradición que ha pasado de generación en generación y representa una fuente de empleo para más de 20 casas sidreras.
Esta bebida es el negocio familiar de Andrea Martínez y su esposo, ambos son la cuarta generación en dedicarse a este trabajo y sus hijos serán la quinta. Sus tres pequeños han crecido en medio de cajas, jugos de manzanas y botellas, por lo que conocen el proceso para elaborar sidra.
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De acuerdo a la productora, dicho proceso inicia en la cosecha de manzana en las faldas del Izta-Popo, después el fruto se sanitiza y tritura para después pasar al prensado y extraer el jugo del bagazo.
El líquido obtenido permanece en barricas durante tres años, una vez terminado se procede al filtrado y gasificación para finalmente embotellar y etiquetar, para llevarlo a su mesa. Este 2023 en su negocio Sidra San Francisco dispusieron 6 toneladas de manzana para embotellar 15 mil cajas de esta bebida en 2026.
Para estas fiestas cuentan con 10 mil cajas con 60 mil botellas para la temporada, además de la sidra de manzana que es la más vendida, también hacen de otros frutos como pera, mandarina, durazno, arándano, mora, granada, fresa, zarzamora y frambuesa.
Elaborar esta bebida es una tradición que nació en la familia de su esposo y ambos con 19 y 20 años emprendieron su propia casa sidrera; así se convirtieron en los más jóvenes del municipio en ser productores de esta bebida.
Ambos iniciaron desde cero, incluso la maquinaria que utilizan fue creada por ellos y aunque establecer su marca, no fue fácil, apostaron por el turismo y por recuperar el significado que hay detrás de una botella de sidra.
Su negocio tiene 16 años, para Andrea y las familias productoras esta bebida tiene un valor especial por el amor y los conocimientos que han heredado de sus bisabuelos y abuelos en torno a la producción artesanal de la sidra.
El más pequeño de sus hijos juega entre los pasillos del negocio, al igual que sus hermanos mayores a su edad, la productora refirió que al observar el cariño que ella y su esposo tienen por este trabajo, nace en ellos el interés y aprenden, que aparte de ser una forma de sustento económico para muchas familias, también es un trabajo artesanal que enorgullece a los habitantes de Huejotzingo.
A través de visitas guiadas buscan compartir esas ideas con más personas, en su negocio ha recibido a parejas, familias y a universitarios provenientes de diferentes estados. Las visitas son gratuitas y las sidras se ofertan por un precio de 70 pesos la tradicional, 80 pesos las frutales y la gourmet en 160 pesos.
Con base en lo compartido por la productora, la sidra es una bebida con baja graduación, toda vez, que su nivel de alcohol va de entre el 2 por ciento y un máximo de 8 por ciento.
Con motivo de las fiestas decembrinas, su negocio es una de las 20 casas sidreras que participan en la Feria de la Sidra 2023. Andrea recomendó degustar todas las variedades y sabores que ofrecen los productores, aseguró que hay una para cada paladar.
Cabe señalar que de acuerdo al director de turismo del pueblo mágico, Edgar Aguilar, el municipio tiene una producción anual de 3 millones de botellas, por lo que, la comercialización de este producto es de suma importancia para las familias de Huejotzingo.
CHM