Roberto Capuano, actual director general del Metrobús, reconoce que es adicto a los videojuegos, a tal grado que por andar jugando “se le fue el tiempo” y no asistió a la despedida de soltero de su amigo.
Desde siempre ha sido metódico con los horarios, pues antes de ser funcionario público sabía exactamente a qué hora comenzaba y terminaba su día.
Utiliza la música como una herramienta de enfoque, por lo que en su playlist de Spotify tiene todo tipo de canciones, desde temas como “La tusa”, de Karol G, hasta clásicos del compositor polaco Frédéric Chopin.
¿Cuál es su nombre completo y fecha de nacimiento?
Roberto Samuel Capuano Tripp, aunque nunca he usado mi segundo nombre... soy Roberto Capuano. Nací el 9 de noviembre de 1983.
¿Qué estudió?
Una licenciatura en ingeniería civil y ambiental en la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, además de una maestría en administración de empresas en London Business School, Londres.
¿Cómo fue su infancia?
Muy feliz y estable. Tengo dos hermanos y soy el de en medio. Crecí en una familia muy cercana. Cuando vivía en la Del Valle íbamos al parque Tlacoquemécatl con mis primos. Eso fue una parte importante de mi vida, pues cuando nos mudamos a Bosques de las Lomas nos enfrentamos a una zona medio abandonada. Desde ese entonces se volvió muy importante vivir en un lugar donde pueda moverme en la calle, andar en bici, ir a los parques y usar el transporte público.
¿Cuál es la zona de la capital idónea para usted?
Yo vivía en la Condesa como soltero y me encantaba, me gustaba mucho. Con el tiempo y con la llegada de mis dos hijos, uno de cuatro y un recién nacido, dicha zona dejó de parecerme el mejor lugar por el ruido y el constante movimiento. En la actualidad resido en Polanco, es un sitio muy agradable para mi familia, pues podemos caminar e ir al parque, además de que tenemos muchos servicios cerca.
Siendo funcionario, ¿cómo administra sus tiempos?
Soy muy cuidadoso con mi agenda, trato de respetar lo más que puedo los espacios diseñados para atender a mi familia. Hago un esfuerzo enorme para compartir los fines de semana con mi esposa e hijos.
¿Obsesión con los horarios?
Algunos lo dirán, depende de quién lo vea, pero yo escojo un día antes la ropa que me voy a poner tras conocer mi agenda. Sé exactamente a qué hora empieza mi jornada y a qué hora termina. Bueno, ahora ya no tanto, pero es muy importante para mí tener bien definidos los tiempos, respetando a su vez el de los demás.
Cuándo no está en el trabajo, ¿qué hace?
Dos días a la semana voy al gimnasio, eso para mí es parte básica de mi agenda. Una semana sin ejercicio es rarísimo. También medito por lo menos dos veces a la semana, lo hago los días que no asisto al gimnasio. Empiezo mi día así o a veces directamente en la oficina.
¿Qué tipo de música le gusta?
Depende qué haga. Cuando estoy en el gimnasio, me gusta escuchar reguetón, canciones de baile... suelo poner frecuentemente a cantantes como Shakira y Juanes. Cuando no estoy haciendo ejercicio pongo música de fondo, tranquila, sin letra para concentrarme.
¿Le gustan los videojuegos?
Me encantan y por eso no los juego, porque de niño viví una adicción hacia éstos. Tras culminar la universidad y comenzar a trabajar, decidí no volver a comprar una consola. Entonces no tengo, pero me encantan y creo que es la gran perdición de mi vida.
¿Dicha adicción podría volver cuando sus hijos le pidan una consola?
No lo sé. Lo he pensado. Mis recuerdos de la adolescencia no son de ir a fiestas, sino de reuniones en casa de amigos para jugar FIFA. Te voy a confesar: la despedida de soltero de un amigo me la perdí porque se me fue el tiempo con un juego prestado. Empecé a jugar, tenía dos horas antes de salir y cuando me paré ya habían pasado cuatro y tenía 15 llamadas perdidas. Ese amigo sigue creyendo que en dicha fecha tuve un problema estomacal, pues no me atreví a decirle la verdad.
¿Qué le falta por hacer?
Muchas actividades, algunas de ellas que ni siquiera me puedo imaginar ahora, lo mismo ocurrió hace cinco años cuando era impensable para mí estar como funcionario de gobierno. Entonces busco experiencias que me puedan enriquecer la vida personal y profesional.
¿Cómo se ve en cinco años?
En cinco años quiero voltear hacia atrás y ver que el sector de movilidad en la Ciudad de México ha mejorado y que yo contribuí a ello. No sé en dónde estaré para ese momento, pero quiero voltear y ver una mejor movilidad para la capital.
Si le tuviera que dar un consejo a sus hijos, ¿cuál sería?
No le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan a ti.
¿Qué está leyendo?
What You Do Is Who You Are: How to Create Your Business Culture, de Ben Horowitz.