José Armando Álvarez Cano “Juego futbol con los padres por las noches, me gusta el deporte”

El obispo de Tampico, nacido en Jiquilpan, Michoacán, desciende de tablajeros y le va al Cruz Azul.

José Armando Álvarez Cano, obispo de Tampico | Foto: Yazmín Sánchez
Jesús Alberto García
Tampico /

Se considera una persona de gustos sencillos que disfruta trotar y caminar mientras observa paisajes como los de su natal Jiquilpan, Michoacán, un pueblo mágico del que también son originarios los ex presidentes Lázaro Cárdenas y Anastacio Bustamante.

El obispo de Tampico y líder de la comunidad católica de la zona sur de Tamaulipas, José Armando Álvarez Cano, contó a MILENIO Tamaulipas que tiene la facultad de identificar un buen corte de carne al descender de una familia de tablajeros, pero también tiene la visión de campo para jugar desde la media cancha al fútbol y seguir a la Máquina Celeste de la Cruz Azul, mientras lee un buen libro y escuchar las melodías de la cantante mexicana Natalia Lafourcade, e incluso una buena pieza de música clásica, las cuales se vuelven idóneas para meditar entre tantas actividades.

¿Qué lugar ocupa en la familia?

Soy el tercero de 10 hermanos. Vengo de una familia por parte de mi padre en donde todos son tablajeros, venden carne, desde mi bisabuelo e incluso algunos hermanos míos siguen con el negocio de la carnicería; después del Seminario, yo también iba en momentos a apoyar a mi padre y mis hermanos, siempre me gustó eso.

¿Qué le pareció llegar a Tampico?

Ha sido una experiencia totalmente nueva, porque nunca me había tocado trabajar en la parte norte del país, siempre del centro hacia el sur, incluso llegué de Oaxaca y para mí ha sido una sorpresa por el calor de la gente, el trabajo y muchas actividades que he descubierto como cosas muy positivas en este lugar.

¿Siempre quiso seguir el camino de Dios?

Entré al Seminario a los 12 años y antes de entrar participé cinco años como monaguillo, así que siempre fue un camino como muy natural para mí, inclusive, cuando me fui al Seminario, coincidimos como cuatro o cinco amigos que estuvieron varios años, pero posteriormente se salieron.

Para mí el camino de la iglesia fue muy familiar, la comunicación con los sacerdotes, el trabajo de la Pastoral Juvenil, entonces fue algo que me gustó y con el paso del tiempo se fortaleció.

¿Habría querido dedicarse a algo más?

Tuve un traspié en el Seminario estando en prepa y me sacaron un año completo. En mí estaba la posibilidad de estudiar ingeniería mecánica, me acuerdo que llegué estar anotado en la Universidad de Michoacán, pero ya nunca volví, reingrese al Seminario. Después de eso no entró en mí otra idea.

¿Tiene música preferida?

Me gusta toda la música, siempre hay para algún momento distinto. Cuando estudio y leo escucho música clásica; pero cuando voy en el camino, en el carro, uno recuerda música de su tiempo como Miguel Bosé, José José, Mocedades, de ese tipo; ahora, con la influencia de mis sobrinos hasta de banda oigo. Me gusta mucho Facundo Cabral, que es música de la que nunca te cansas, pero también me gusta escuchar a Natalia la Fourcade o de esta oaxaqueña Flor Amargo.

¿Está abierto a diversos géneros musicales?

Excepto reguetón, rock pesado, eso no me gusta.

¿Le gusta el cine?

Me gusta, pero por mis actividades propias de la iglesia no participo mucho; cuando era más joven y tenía más tiempo sí. Una película que nunca se me va olvidar es El León del Desierto (que habla sobre la lucha entre las tropas italianas de Mussolini y las tribus de Libia) en la que actúa como protagonista Anthony Quinn.

Me marcó mucho porque era una guerra en el desierto, era una pequeña aldea que tenía que defenderse de los invasores y en ese momento tenías que amarrarte los pies; también de niño me gustaba Ben-Hur, de pequeño me emocionaba y ya en adolescencia, recuerdo que nos hicieron ver Naranja Mecánica.

¿Qué le gusta comer?

Tengo panza de misionero, por andar en el camino en el que he andado uno debe acostumbrarse a comer de todo. Estaba acostumbrado a consumir más cosas de campo, pero ahora me tuve que acostumbrar a comer más producto de mar.

En mi tierra uno come camarones una vez al año o pescado no tan frecuente, pero en realidad, no tengo ninguna comida aborrecida.

¿Usted cocina?

Cuando me toca hacerme mi desayuno, cuando no hay nadie a la mano, por ahí hago mis huevos con jamón, cositas así muy sencillas, pero cosas más complicadas aún no.

¿Algún pasatiempo?

Me gusta el deporte. Desde que estaba en el seminario he jugado futbol, basquetbol, jugaba frontón, ahora voy con los padres a jugar por las noches futbol. Los deportes han sido mi pasatiempo, así como caminar o correr por las mañanas.

¿Qué posición juega?

Juego en la media cancha, un poco más retrasado, como un medio de contención. Cuando era realmente más joven sí se me daba, cuando estaba en el seminario estuve en la selección y después al inicio de mi sacerdocio jugaba en el equipo de los pueblos en los que estaba, porque el deporte atrae mucha gente, a muchos jóvenes.

¿A qué equipo le va?

Le voy a Cruz Azul, aunque la ha andado cruzazuleando los últimos años (risas), pero sí le voy a la Máquina desde niño.

¿Le gustan los superhéroes?

No me identifico con ninguno, veo las películas cuando salen, como el Hombre Araña, el Guasón, pero no… De niño veía a Kalimán.

ICGC

PV

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