Mientras la mayoría de los empleados y trabajadores se encuentran resguardados en sus casas, el personal de intendencia continúa con su jornada cotidiana. En algunos casos, los que laboran en hospitales y clínicas, a la par del personal médico y de enfermería, también arriesgan su salud día a día para atender y limitar la propagación del covid-19, pese a lo cual sus actividades muchas veces pasan desapercibidas.
Son los casos de “Toñita” y Juan Manuel. Ellos limpian oficinas. La primera en una institución médica, por lo que está expuesta al doble a contagiarse del virus que mantiene en vilo al mundo; el segundo, en un centro de atención de telefonía móvil, pero ahí presta el servicio porque su contrato laboral lo firmó con una empresa que se dedica a brindar servicio de limpieza y mantenimiento.
En ambos casos, en sus centros de trabajo se ha brindado material como cubre bocas y guantes de látex para protegerse, así como charlas y capacitaciones donde se ha indicado cómo actuar en esta emergencia sanitaria, así como los productos a emplear y cómo desinfectar sus enseres personales.
“Toñita”, como pide que se le nombre, trabaja en un hospital privado ubicado por la zona de La Paz, por lo que remarca que se expone doblemente al virus, motivo por el cual ha tomado medidas para restringir el contacto con sus familiares.
“Tengo una hija pequeña. Tiene cinco años. A ella me la cuida mi mamá y mis hermanos porque soy madre soltera”, explica.
Narra que al llegar a casa ya le tienen preparado el baño y de inmediato se cambia, guarda su ropa en una bolsa de plástico y se baña. “Pero entro a la casa, camino por la sala y escaleras para llegar al baño. Eso me tiene tensa y nerviosa, porque todos los días siento que voy dejando el virus. Estoy muy nerviosa y estresada. Me da miedo enfermar a mi familia”.
Señala que por esta situación se le está cayendo el pelo y en una ocasión lloró con su madre., sin embargo, dijo que se mantiene informada sobre las acciones de protección.
En tanto, Juan Manuel lamenta que no se reconozca su labor y poco o nada se hable de las personas que se dedican a limpiar las áreas de trabajo en las oficinas.
“Nosotros cuidamos su salud. También somos héroes, pero no somos reconocidos”, expresa.
Mientras limpia los vidrios por la parte exterior del corporativo de telefonía acepta hablar, pero brevemente, “porque tenemos prohibido, tienes que pedirle permiso a los de seguridad”.
Por ese motivo, evita responder el salario que percibe y si cuenta o carece de las prestaciones laborales, así como certeza de continuar con su empleo en caso de que la pandemia obligue a finalizar operaciones.
Al ser cuestionado sobre por qué no porta guantes y mascarilla para protegerse, dice que no se acostumbre, sin embargo, se expone en más espacios.
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