Desde hace décadas, las personas que se dedican a realizar tatuajes se han enfrentado a la barrera social de la discriminación, pero en el caso de las mujeres han sido víctimas de abusos de género tanto por los clientes como por sus propios compañeros, tal es el caso de Andreas Nash, que ahora tiene su propio estudio llamado “Ieloü Ink”, pero cuando era aprendiz, tuvo que enfrentar estas costumbres que llevan de generación en generación.
“Tuve un primer acercamiento muy malo con un tatuador que yo admiraba muchísimo y pues prácticamente quería que yo fuera su chalán tres años para después enseñarme a tatuar a lo cual yo no accedí y decidí aprender empíricamente, y hubo un momento que con bastantes malas palabras me dijo que yo no tenía talento y que nunca lo iba a lograr”, expresó en entrevista para MILENIO.
Pero ella no es la única que ha notado que para las mujeres es más difícil que para los hombres lograr tener un nombre en esta profesión; “sí es un oficio un poquito machista, porque predominantemente hay barones entonces en todos los estudios es complicado para una mujer destacarse porque de por sí hay muchas cosas en tu contra, la sociedad constantemente nos dice que no somos suficientes, entonces cuando llegas al tatuaje frecuentemente te dicen que tu trabajo no es bueno y te lo crees”, lamentó Fatima Cabrera, quien desde hace tres años se ha enfrentado a estas dificultades para seguir laborando en la capital del país.
Por estas acciones un grupo de integrantes de la comunidad anónimamente luchan a través de las redes sociales para denunciar a quienes ejercen poder en lugar de hacer arte en el gremio.
Este grupo de personas creó en Instagram la página “Tatuadores depredadores”, en la cual difunden denuncias tanto de sus compañeras como de sus clientas por actos de violencia sexual, psicológica y física, las cuales en su mayoría han quedado impunes.
A través de un escrito entregado a MILENIO, los creadores de esta página informaron qué tan difícil ha sido para ellas y ellos continuar con su labor, pues han recibido amenazas y se sienten desprotegidos por parte de las autoridades mexicanas.
“Somos personas dentro del mundo del tatuaje, algunos, algunas con mucho tiempo en el medio y otras con menos, pero al fin de cuentas es nuestro mundo, lo amamos y respetamos. Por este motivo cuando empezamos a ver que había denuncias de abusos y agresiones que nuestros compañeros y compañeras habían vivido por parte de otros tatuadores, perforadores, sus jefes, etc, y el cómo los agresores las desacreditaban, hablando mal de sus víctimas, justificándose o simplemente diciendo que eso no había pasado nos molestó mucho, porque como personas del medio hemos visto estas actitudes y otras. También nuestros clientes nos cuentan experiencias horribles que han tenido con otros tatuadores. Al final, es un gremio relativamente pequeño y entre todos y todas nos conocemos”, destacaron.
Los integrantes de este grupo “rebelde” del sistema patriarcal afirman estar cansados y cansadas de que estas conductas sean normalizadas por la sociedad y que después de un tiempo se olvide lo que estos agresores hicieron y lo sigan haciendo.
“Así que decidimos hacer la página y juntar todas las denuncias que habíamos visto en ese momento, las más recientes o que seguían públicas en los perfiles de las víctimas, las contactamos y les pedimos compartir su experiencia”, ya que su interés no es únicamente hacer las denuncias de los agresores, también es generar conciencia sobre la violencia que se da y que esto no vuelva a suceder.
Hasta el momento llevan más de 120 hombres denunciados, algunos con más de una víctima, el peor caso tiene 54 denuncias diferentes, a estas cifras se le suma que solo uno de estos casos está en la cárcel. Ellos cuentan que varias de estas denuncias sí han llegado hasta las autoridades, pero las víctimas en algunos casos no han recibido apoyo o enfrentan procesos largos.
“La verdad es que entre mujeres sabemos el proceso que es levantar una denuncia y cómo son las autoridades por lo que muchas tienen miedo a denunciar y exponerse para que ni siquiera se haga justicia (...) las autoridades no han sido de mucha ayuda para las víctimas realmente”, condenaron.
Pero a pesar de esto no encuentran justicia, en el caso de las tatuadoras tienen que enfrentar el acoso por parte de clientes, “en el momento de estar tatuando muchos les ‘tiran la onda’ o las tocan aprovechando que el tatuaje es un arte que requiere cercanía corporal o sí ellas son amables ellos toman eso como que les están coqueteando y luego las acosan por redes sociales”.
Problema que también enfrentan por parte de sus compañeros tatuadores, donde su valor artístico ha sido devaluado y dejado de lado para sólo cosificarlas u objetivizarlas, con comentarios como “sólo tiene chamba porque está buenota”, y en el peor de los casos también las agreden verbal y físicamente.
Un ejemplo es el de Ana, ella es tatuadora en León y afirma que por lo menos el 90 por ciento de los tatuadores de la zona han acosado a mujeres, pero ninguno ha dejado de tatuar, y las chicas también tienen que lidiar con los clientes.
“No falta el día, literal el día que les manden mensajes de “amiga, ¿cuánto cobras por esto?” y después, “estás muy bonita, muy guapa”, y les empiezan a mandar fotos, no hay ningún día que esto no pase”, afirma.
En cuanto a los dueños de los estudios, las utilizan para “atraer más clientes” diciéndoles que las contratan por su aspecto no por su buen trabajo. Aprovechan el poder de ser los jefes para pedirles favores sexuales a cambio de estar en el estudio o de darles más visibilidad y trabajo.
“La violencia hacia las mujeres está muy normalizada en todos los ámbitos específicamente hacia las tatuadoras es porque somos un gremio que está muy estigmatizado y la discriminación hacia las personas que están tatuadas o realizan tatuajes no está del todo superada, como tatuadoras nos enfrentamos a muchos prejuicios. Y muchas tatuadoras aguantan y callan la violencia que viven por miedo a las repercusiones laborales que pueda tener el alzar la voz, somos un gremio pequeño y hablar sobre alguien que es importante, famoso o lleva mucho en el medio puede significar que te cierren las puertas en muchos estudios que los apoyan por quiénes son, sin importarles nada más”, condenaron.
En cuanto a las agresiones que han recibido sus clientas, la agrupación afirma que han recibido testimonios en donde cuentan experiencias donde los tatuadores poco profesionales abusan de ellas tocándolas en áreas íntimas con la excusa del tatuaje y el contacto que se tiene que tener para tatuar, también han sido acosadas por ellos, les han mandado fotos de sus miembros sexuales sin pedirlas y les toman fotos sin su consentimiento o les piden que se descubran de áreas íntimas, aunque no sea necesario para el tatuaje
Pero ahí no termina el martirio que para las clientas significa poder tatuarse, ya que algunos de estos agresores aprovechan para citarlas muy tarde o muy temprano cuando el estudio está vacío, les ofrecen alcohol y/o drogas y las violan, entre otros abusos.
En un solo año que han iniciado con las denuncias, la página ha sido inhabilitada tres veces, además que aunque se encuentran en total anonimato, han recibido amenazas de todo tipo.
A pesar de esto afirman que seguirán con su labor, ya que confían en la red de apoyo que han creado: “Nuestra red ha ido creciendo con el tiempo. Tenemos apoyo de tatuadoras y tatuadores, de México y otras partes del mundo. También contamos con apoyo de organizaciones que protegen a defensores de derechos humanos y con abogadas feministas, terapeutas con enfoque de género, entre otros como especialistas en ciberseguridad e influencers.
Por lo que invitan a las mujeres que han sido víctimas de alguno de sus compañeros a denunciar ya que aseguran amar el tatuaje y quieren un lugar seguro para ejercer su profesión.
ledz