Uno de cada 115 niños en México, padece Síndrome del Espectro Austista, además, presentan problemas como la soledad, la falta de expresión y desarrollo de roles que afectan su salud mental y física, dichos aspectos pueden ser mitigados a través del teatro usado en las aulas, debiendo considerarse para alcanzar una mejor convivencia ciudadana en un futuro, señaló la docente, Valeria Almazán.
La egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) práctica la docencia desde hace más de cinco años y señala que pudo identificar necesidades de atención y expresión en los alumnos a través de ejercicios de teatro desarrollados en la planeación de su cátedra.
"Los niños necesitan forzosamente ser escuchados e impulsarlos a expresar sus emociones, ya que desde hace más de diez años, el niño ha dejado de ser un emisor de emociones y sentimientos, para ser solamente un receptor. Su participación debe ser activa en todo momento y si eso no se fomenta desde la educación básica, no tiene un buen desarrollo social ni psicológico”.
A través de las actividades teatrales, ha visto mejoría en desarrollo de empatía, paciencia y facilidad de expresarse al hablar, añadiendo que activan su habilidad de escuchar, mejora su convivencia con sus compañeros, así como con su entorno.
"Como profesor debes de hacer un perfil de tu propio grupo para saber de qué manera tratarlos a cada uno, hay niños que están pasando por problemas familiares, como el fallecimiento o separación de sus padres y no pueden expresarlos porque no se les da el espacio ni oportunidad, el teatro sirve para muchos como una terapia de superación ante sus conflictos”.
Con base en la experiencia Valeria Almazán, el autoestima y la confianza en ellos mismos son dos de los factores más importantes que se pueden obtener a través de la enseñanza teatral y sobre todo, se siembra la curiosidad intelectual con la finalidad de que disfruten del estudio y la investigación.
"Yo creo que del teatro se pueden obtener una diversidad de beneficios pero debemos verlo con seriedad, no solamente como una actividad que traiga juego o esparcimiento, sino como una alternativa primordial, aunado a que con ello, los niños entienden otras artes y se desenvuelven mejor en su vida”.
MMCF