Situada en el lado norteamericano del desierto de Sonora, Tucson es una ciudad cosmopolita donde los propios habitantes se reconocen dentro de un oasis incluyente, en el que a partir de la amabilidad y la gastronomía, se abren para recibir a los visitantes y ofrecer posibilidades de negocios.
En entrevista para MILENIO Puebla, Felipe García, vicepresidente de Visit Tucson, cuenta cómo el formar parte de Delice Network, una importante red internacional de ciudades unidas por la gastronomía, entre las que se incluye Puebla, ha servido como base para fortalecer la economía local de los restaurantes y de los que forman parte de la cadena productiva.
Delice Network usa la gastronomía para la promoción y el desarrollo económico; además, es un instrumento para atraer turismo y negocios a sus comunidades.
“Ciudades como Madrid, Barcelona, Hong Kong y Lyon son parte de esta red. En México, nuestras contrapartes son Puebla y Mérida”, cuenta García.
Cuestionado sobre si el programa de Delice Network aplica para lugares de alta categoría, García cuenta que es para todos:
“Desde el que tiene una estrella Michelín o un premio James Beard, hasta una taquería, los restaurantes son uno de los eslabones en el aparato de la gastronomía. En esta red tienen que ver desde el restaurantero hasta el productor, estamos trabajando en el concepto de ‘Farm to Table’, donde un productor agrícola llega y ofrece los productos de la cadena de valor directamente con los propietarios”.
En la actualidad, en esta ciudad hay un gran empuje para consumir lo local, de acuerdo con datos brindados por Visit Tucson. En comparación con ciudades de las mismas dimensiones en la Unión Americana, ésta tiene el porcentaje de restaurantes locales más grande, con un 64%.
Además, hay una exigencia por parte de los consumidores para que los alimentos sean preparados con ingredientes locales, sin importar que signifique un ligero incremento en los precio. Como prueba, los visitantes pueden encontrar en el menú una lista que indica qué productos locales se consumen y dónde se producen.
Por su parte, John Martínez, chef estadounidense de origen hispano y propietario del restaurante “Tito &Pep”, cuenta que le encanta usar ingredientes locales de la baja Arizona: carnes, verduras e incluso madera de mezquite, que al ser comprados por su restaurante, forman parte del apoyo a la economía local.
Para él, de todas las ciudades de América del Norte, Tucson es el lugar donde la cultura está mejor mezclada, pues las profundas raíces indígenas, mexicanas y estadounidenses son tan hondas que se tocan y se encuentran no sólo en la gastronomía, sino en la diversidad de la gente.
Puebla y Tucson, unidos por la Unesco
Al igual que Puebla, que cuenta con el distintivo de Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), Tucson posee el reconocimiento de Ciudad Creativa por su Gastronomía por esta organización.
En ese sentido, existe un trabajo coordinado entre Visit Tucson y la Secretaría de Turismo en el municipio.
“Con Puebla nos fascina trabajar porque es una comunidad, una ciudad que en México y el mundo la conocemos bien, pero aún hay mucho que descubrir. La parte gastronómica de Puebla es algo único, no puedes ir a una ciudad en ninguna parte del mundo donde digas, ‘Mira, esto se parece a la comida poblana’; esta es única y muy distinta”, aseguró Felipe García, quien reveló que trabajan en el intercambio de ideas y conceptos, “cosas que nosotros podamos compartir y aprender de Puebla”.
Para el vicepresidente de Visit Tucson, la comunidad gastronómica de Puebla llama la atención porque va desde el restaurante de primer nivel hasta un puesto en una esquina, desde una cemita hasta la cultura del chile en nogada, “tiene mucha historia, un elemento cultural, una razón de ser y queremos aprender de cómo la gastronomía poblana ha crecido con base a esa integración cultural y de la sociedad”.
El taco, más allá de la frontera
“¿Qué ha pasado con la cultura del taco y la gastronomía? Afortunadamente, mucha gente le está poniendo más atención a los ingredientes y a la calidad; un taco es un platillo tan sencillo, que no puedes echar trampa, todo está a la vista”, comenta García, a quien hace poco tiempo le daba pena presumir los tacos, porque sentía era una apropiación cultural.
“Hace unos meses tuve una plática con la reconocida chef PatiJinich y me dijo: ‘oye Felipe, aquí se habla mucho de la comida mexicana y demás, pero a mí me dio mucha pena porque sentí que estábamos haciendo una apropiación cultural’. Le dije: ‘sí, aquí la comida y los tacos son muy buenos, pero estamos en Estados Unidos’; entonces, ella me dice: ‘¡espérate, ahorita aquí estamos pisando la Unión Americana!. Pero esto fue más tiempo México de lo que ha sido Estados Unidos, y un día por cuestiones del estado y la ciudad, se hizo parte de ellos, pero la cultura, la gente, la idiosincrasia y la gastronomía se quedaron aquí’”.
Asimismo, la diversidad se vive en todos los ámbitos, de ahí que en la ciudad se perciba un ambiente de calidez humana hacia todos los sectores, incluyendo los migrantes.
“Cuando vine por primera vez y entré al centro de la ciudad, la estatua de Pancho Villa me dio la bienvenida. ¡Un general de la Revolución Mexicana! Entonces te das cuenta que la comida, la cultura y la gente aprecian a México.”
Apertura a la inversión
“Sabemos que México y Puebla son realmente una oportunidad para nosotros, que el país es un aliado que nos hace más fuertes, por eso mismo hay una calidad de vida estupenda, porque la cultura mexicana ha permeado y es aceptada en Tucson”, apunta el entrevistado.
En cuanto a posibilidades de negocios, Felipe García cuenta que hay muchos casos de éxito de empresas mexicanas que han buscado extenderse al extranjero, tomando como base a Tucson, ejemplo de ello es Maquilas Tetakawi, que emplea a más de 18 mil personas en ambas partes de la frontera. Asimismo, en la industria aeroespacial, automotriz, robótica y manufactura de instrumentos médicos, pero también pequeños productores de tortilla.
mpl