"¿Trae su bolsa o canasta?", preguntan en algunos comerciantes de la zona turística del municipio de Huasca antes de entregar los productos adquiridos en el local. Ésta es sólo alguna de las estrategias que el colectivo “Huasca sin plástico” ha realizado para evitar que siga creciendo el uso de bolsas desechables en la zona, y así evitar la contaminación del lugar.
Este grupo, "al que se suman cada vez más", según comentan los vendedores, se reúne en un lugar especial, el “Mercadito Verde de la Obsidiana”, un lugar no sólo para disfrutar del bello paisaje, también para consumir productos 100 por ciento orgánicos que produce la gente del pueblo.
"Tengo mis hortalizas. Ahí siembro calabacita, coliflor, jitomate, aguate y lo que ocupo para cocinar mis guisados", dice Petra Carretero, mientras termina de preparar un sope con frijoles, lechuga y queso.
En este espacio comercial, que se levanta en medio de una pradera con arboles alrededor, flores y pasto, más de 10 locatarios venden su productos que van desde jabones hechos con productos naturales, toallas femeninas lavables, verduras, frutas, pizzas con ingredientes naturales, tlacoyos, quesadillas, así como jugos o artesanías.
“Estamos haciendo esta campaña y la gente de Huasca está apoyando y queremos ser un buen referente para que otros municipios también lo lleven a cabo. Es un beneficio para todos, pero sobre todo para las generaciones que vienen. Esto de la contaminación y la falta de agua lo están tomando a la ligera y es un problema mayor, peor de lo que nos imaginamos”, aseguró Diana Morales, miembro del colectivo.
Esta campaña la han iniciado dentro del Mercadito y lo hacen los fines de semana ofreciendo sus productos en bolsas de papel de estraza, “no utilizamos bolsas de plástico porque habría una incoherencia”, expresó Morales.
Habitantes de la zona trabajan de forma directa, activa y comprometida para que Huasca no sufra de invasión de basura y esperan trabajar en mancuerna con las autoridades para beneficio de la sociedad y de su municipio.